EN LA CALLE. El colectivo reclamó mejoras para las instalaciones arcenses el pasado mes. / A. R.
Sierra

Agentes de la Guardia Civil denuncian el trato «humillante» que reciben por parte de los mandos

La AUGC relaciona esta actitud con la protesta del pasado día 8 en la que pedía mejoras para el acuartelamiento de Arcos, y como reacción «a las aperturas democráticas del cuerpo»

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Los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de la Guardia Civil en Cádiz (AUGC) han denunciado el trato «injusto y humillante» que están recibiendo los agentes del acuartelamiento de Arcos por parte de algunos mandos intermedios del cuerpo. Estas circunstancias -según destacan los agentes- se relacionan con la manifestación que tuvo lugar el pasado 18 de febrero en el que se solicitaba el arreglo de las grietas que afectan al edificio. Algo que propició que al día siguiente «se apresuraran a acometer obras».

Los representantes de los agentes consideran que la mayor grieta que afecta ahora al cuartel es la que «existe entre los mandos intermedios y los agentes». Ya que los mandos «han hecho suyo el conflicto y han iniciado una serie de medidas tendentes a doblegar la moral y la dignidad de sus subordinados». Al respecto aseguran que «a pesar del intento de acercamiento con dirigentes de AUGC, mostrado por el nuevo Capitán Jefe de la Tercera Compañía, con sede en Villamartín, cada vez que él o su Oficial adjunto en Ubrique tienen oportunidad recurren a las rancias normas militares para humillar a sus agentes mientras están trabajando por la Seguridad Ciudadana». Unas «humillaciones» que se producen por motivos tales como la uniformidad o el tratamiento. Recordando la AUGC que el pasado mes de julio, un guardia civil fue sancionado por no ir correctamente afeitado, aspecto éste que los servicios jurídicos no se habían encontrado en diez años, lo que da una idea del «intenso malestar que tiene el mando ante la avalancha de reclamación de derechos que ejercen los agentes a sus órdenes».

El último problema que denuncia la AUGC ocurrió el pasado miércoles, cuándo el coronel jefe de la comandancia estuvo en Arcos. Dicho mando observó en una de sus «idas y venidas por el cuartel», cómo el Guardia Civil que ejercía sus funciones de puerta era otro distinto al que había visto antes. Preguntó por tal circunstancia y le dijeron que el anterior estaba desayunando, ante lo cual ordenó inmediatamente que se personara ante él. Al hacerlo dicho agente, la AUGC asegura que «se le privó del derecho de dar una simple y clarificadora explicación y, manteniéndolo en la posición de firmes, sufrió una injusta y humillante represión delante de otros compañeros», con expresiones tan «indolentes» como «al servicio se viene cagado y meado».

Los representantes de los agentes consideran «injusta» esta situación ya que «el coronel no se ha levantado a las cinco de la mañana para comenzar su jornada a las seis y debe estar en su puesto hasta las dos de la tarde, sin que pueda en ese trayecto de tiempo realizar ninguna consumición durante su jornada laboral o no efectuar alguna incursión por un baño». Más aún cuando la normativa del servicio establece descansos cuando se sobrepasan las 6 horas de trabajo. Esto podría también, «afectar al derecho a votar el próximo domingo», asegura la AUGC, «al no permitir que se pueda parar de la jornada laboral para acudir a votar».

Por todo ello, los agentes aseguran que son los poderes públicos los que tienen que tomar una decisión y aclarar «si queremos que nuestra seguridad dependa de soldados autómatas sin derechos, dirigidos por ilustres oficiales alejados de la realidad social, o ya es hora de exigir y convertir a la Guardia Civil en una policía moderna». Algo que consideran que otorgaría confianza a sus sus agentes y éstos ejercerían su trabajo con «mayor autoexigencia y profesionalidad». Preguntándose que hasta cuándo van a tener que aguantar».

La AUGC concluye que desde que, a finales del año pasado, se aprobaran la ley de régimen disciplinario y la novedosa Ley de Derechos y Deberes en la Guardia Civil, «se vienen haciendo más repetitivos los episodios encaminados, por parte de un número significativo de mandos, a proscribir la entrada de unos mínimos e ineludibles derechos en los cuarteles, así como a reimplantar los métodos dudosamente legales y ciertamente abusivos y opresivos, de una jerarquía intencionada y convenientemente mal interpretada». Esta reacción, ante las aperturas democráticas, que deben hacerse efectivas por ley y sin convicción de los mandos es lo que supone «el incremento de casos de compañeros que de una forma u otra están siendo perseguidos o represaliados dentro de sus destinos».

La Asociación Unificada de la Guardia Civil de Cádiz asegura que no permanecerá «impasible» ante estas continuas provocaciones, «recurriendo a los medios de los que los trabajadores de una sociedad libre y democrática disponen, y sin escatimar en ellos, hasta que cesen estos reiterados atentados a la dignidad de las personas y a los derechos de los trabajadores».

sierra@lavozdigital.es