Medina, Insa, Robles y Zamora han cortado las cuerdas de la guitarra del gaditano en 'El Gran Carnaval' que esperan este sábado.
Cádiz C.F.

Sesión golfa para un duelo de película

El Eibar ha impresionado esta temporada con los carteles anunciadores de los partidos que disputa en Ipurúa, utiliza nombres de filmes con los motivos de la ciudad de origen del equipo visitante

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En un mundo lleno de tópicos, alejado de la sorpresa y nutrido por lo previsible y predecible, las iniciativas que rezuman originalidad suponen una ventana abierta para expulsar el ambiente viciado del fútbol. El hambre agudiza el ingenio, y es cuanto menos curioso que el Eibar, el club más modesto y con menos plata de la categoría de ídem, haya puesto en marcha una campaña que ha impresionado en todo el país.

Los útiles: una cámara, un ordenador, predisposición y mucha, mucha imaginación. A una semana del inicio liguero, el consejero de la entidad eibarresa, Agustín Lahidalga, se reunió con los representantes de la agencia de publicidad Bostnan para comentarles una interesante idea. Quería montarse su propia película, con la protagonización de los demás equipos de Segunda.

El filme dura hora y media más lo que añada el director, con un descanso de un cuarto de hora para tomarse un respiro, y cada dos semanas llega el estreno. Había que buscar un cartel atractivo, que reflejara el argumento con un simple golpe de vista, y que despertara el interés de una afición reducida pero entusiasta.

Aquí entra en escena Íñigo Nikolai, el creador, el que llevó al papel las locuras de Lahidalga. «La idea nos gustó desde un principio, y nos convenció la ilusión de los dirigentes del Eibar», recuerda Nikolai. «Agustín se implica bastantes, y muchas aportaciones llegan desde el club. Nos reunimos, sopesamos las propuestas y decidimos. Es un trabajo de equipo y yo sólo soy el ejecutor final».

Futbolistas actores

Cada obra es un mundo bien distinto. «En algún cartel hemos trabajo cuatro horas y a otros le hemos dedicado dos jornadas». Primero se piensa en el estereotipo, el motivo que puede representar a la ciudad del equipo visitante. La evidencia y la sencillez es clave para llegar de inmediato «a la gente de la calle, que es nuestro público».

Las sesiones comienzan sobre el césped de Ipurúa, al finalizar el entrenamiento, ya que los futbolistas, no sus dobles, son los auténticos protagonistas de la imagen. «Es complicado porque el presupuesto es limitado y los jugadores no son modelos ni actores. Les cuesta un poco meterse en la situación y ese es el primer escollo».

Pero agradece «su disposición. Hay muy buen ambiente, se lo toman con mucho cachondeo y al final colaboran porque salen muy satisfechos con el resultado. Y se lo pasan bien».

Luego toca la labor de estudio. Hay que trasladar a la pequeña pantalla del ordenador todas las ideas e ingredientes para montar el anuncio. Muchos clicks de ratón, el último para enviar a la imprenta y esperar la reacción de un público que acoge los diseños con enorme interés.

Casi siempre hay final feliz, pocas críticas se escuchan pese a lo ambicioso de algunos proyectos. «Estamos al tanto de lo que se comenta y está gustando. Debemos tomarlo con sentido del humor y sin buscar dobles intenciones. En el partido ante el Real Sociedad, llegaron comentarios negativos por el revólver que porta el protagonista. Hablaron de violencia y de terrorismo, pero los inteligentes entienden que esta ciudad está marcada por la tradición armera. Y también queríamos espolear a la afición ante la disputa del derbi».

Ese fue el primer cartel «y quizás al que tengo más cariño. El más trabajoso resultó ser el del Poli Ejido, pues tuvimos que representar el oeste almeriense con un jugador a lomos de un purasangre», destaca. Ante el Celta escogió la figura de William Wallace, el héroe de Braveheart. «Había que ver la cara del futbolista aguantando una espada que pesaba lo suyo. Y también nos encontramos con una crítica de un sector concreto porque salía una chica ligera de ropa. Era mi homenaje a aquellos dibujantes de la época de los 70».

Con el Cádiz era fácil acertar. El Gran Carnaval, la inolvidable producción de Billy Wilder, inspira el próximo encuentro entre amarillos y azulgranas. Natxo Insa, Nico Medina, Markel Robles y Jose Zamora han cortado las cuerdas de la guitarra gaditana, que se quedará sin sonidos.

La película pinta bien. Al precio de 25 euros para los foráneos, butacas de plástico para asistir al nuevo estreno. No se ruega silencio, más bien ruido y algarabía. Palomitas, pipas o uñas, de todo se come en esta improvisada sala de cine al aire libre. Nadie estropeará el espectáculo con sus comentarios porque el final es incierto. No será del gusto de todos. Pero ya han pasado por taquilla. El cartel ha tenido su efecto.