Jerez

Adrenalina contra el tedio

LA PORVERA Entramos en la recta final de la campaña, con cinco días de monótona contienda por delante. Qué quieren que les diga, pero tanta página de política aburre hasta al más pintado. Luego, jornada de reflexión, que en realidad es para quienes se la juegan de verdad. Porque yo mi meditación filosófico-político-escéptica la he hecho ya. No votaré con miedo. «¿Cómo? ¿Miedo? ¿Qué miedo?», dirán algunos. «Si estamos en democracia». Ya, pero cómo acongojaba -por no decir otra cosa- escuchar a unos decir que la familia -la mía bien, gracias- y España se rompían, y a otros que volvemos a la Andalucía de los jornaleros campesinos si «vuelve la derecha». «¿Que viene el lobo, que viene el lobo!», he escuchado decir con otras palabras en diversos mítines a históricos dirigentes de este país como, por ejemplo, Felipe González.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Yo, que escucho a unos y a otros, por higiene mental trato de no interiorizar demasiado sus palabras. De pequeño iba a misa porque tenía miedo de acabar en el infierno, no precisamente porque me gustara la misa. Luego te enteras de que supuestamente -lo sabré cuando críe malvas- el averno no existe, que es una metáfora. Supongo que lo de que España y la familia se rompen también era una parábola; igual que aquello de que «la derecha» quiere sacar a los niños andaluces del colegio y devolverlos al campo, como se ha llegado a decir por ahí.

Claro que en campañas tan monótonas como ésta que nos está tocando vivir y padecer estos días, donde los líderes políticos no están precisamente sobrados de carisma, hay que meter un poco de miedo en la recta final, para que así no gane la indecisión. Y es que de eso se trata.