CRÍTICA DE TV

Broche de oro

No podía ser de otra forma. Canal Sur le puso un fenomenal colofón a su programa Se llama copla. Los precedentes hacían presagiar lo que sucedió. El listón quedó muy alto en los últimos espacios y el cierre al gran espectáculo no pudo ser mejor. El elevado nivel de los participantes, auténticas estrellas de la canción española desde que se subieron al escenario el primer día en la cadena autonómica, los ha llevado a la cima. Según como se mire, queda lo más difícil o lo más fácil. Unos dicen que lo complicado es mantenerse y otros que, una vez que se ha llegado, el camino les parecerá llano para el resto de su carrera. La pena es que no pudieran ganar todos, ya que sólo pequeños matices reservados al jurado permiten saber qué actuación es mejor.

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El despliegue realizado por los fans de cada uno de los concursantes añadió ese toque de limpia disputa a la lógica rivalidad entre compañeros. A la hora de escribir estas apresuradas líneas no se sabía el resultado del certamen, pero quizás eso es lo de menos. Lo importante es que el canal andaluz ha logrado revitalizar la copla, un género absorbido por nuevas tendencias musicales y castigado por el top manta. El programa ha demostrado que el sustrato de un estilo histórico como este siempre perdura. Que jóvenes de 'veintipocos' años estén demostrando su amor por la copla y su buen hacer con un micrófono en la mano habla mucho de este tipo de melodías.

Con mayor o menor difusión, con más o menos eco en los medios de comunicación, la copla ha demostrado su pujanza y actualidad. Unos intérpretes ilusionados y unos arreglos orquestales dignos del mejor espectáculo pueden elevar a la canción española a lo más alto. En pleno siglo XXI, cuando muchos de los revolucionarios inventos desaparecen ante la irrupción de otros nuevos, la copla ha sido llevada a los hogares andaluces para regocijo de los que la amaban y sorpresa de los que la desconocían. Canal Sur ha cumplido con un reto que tenía pendiente sin habérselo marcado en su momento. Los cantantes han podido interpretar las mejores letras de la historia de este género. Se han doctorado en la pequeña pantalla. Ahora salen al ruedo de los escenarios y seguro que se van a comer el mundo.