PROTAGONISTAS. Los creadores en ARCO 2008, donde fueron premiados. / LA VOZ
MP&MP ARTISTAS

«Para aspirar a algo en arte, hay que salir de Cádiz»

Los gemelos creen que el Premio ARCO para Jóvenes Artistas «sólo sirve para seguir trabajando»

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A los hermanos Miguel y Manuel Rosado (San Fernando, 1971) les preguntaban en ARCO, una y otra vez, por qué cultivan obsesivamente el tema de la identidad. «¿Será porque somos gemelos?», ironizaban ayer, de vuelta a su estudio sevillano, tras «el subidón» de haber conseguido el V Premio Comunidad de Madrid para Jóvenes Artistas en la última edición de la Feria. Ése es el distintivo esencial («para lo bueno y para lo malo») del trabajo que desarrollan MP&MP en formatos y técnicas tan dispares como la escultura en terracota, el dibujo, la fotografía o la pintura. El acreditado reconocimiento de ARCO significa un paso de gigante en una ya de por sí brillante trayectoria.

-¿Para conseguir algo importante en arte contemporáneo hay que marcharse de Cádiz?

-Tal y como están las cosas, sí. Es muy complicado salir adelante en Sevilla, ni siquiera hay muchas oportunidades de que te sigan en Andalucía, así que en Cádiz, imagínate. No se trata de que allí no se pueda crear. Artista se puede ser en cualquier sitio. Pero otra cosa es que te vean. Hoy por hoy, para aspirar algo en arte hay que salir de allí. Nosotros optamos por quedarnos en Sevilla como lanzadera, como centro de operaciones desde el que hacer lo que realmente queremos: salir, viajar y trabajar en todas partes.

-¿Qué significa que te premien en ARCO? ¿Es un revulsivo más, el espaldarazo definitivo, o sois de los que piensan que no hay que confiarse?

-Es un subidón, sobre todo porque te lo da gente especializada, a la que respetamos y admiramos. Pero tenemos muy claro lo que significa: un premio sólo sirve para seguir trabajando. Llegamos ayer. Hoy ya estamos en el taller.

-¿Se está rompiendo otra barrera generacional?

-Puede, pero porque el mercado está en auge, hay demanda de arte, y eso implica la necesidad de integrar nuevos creadores en los circuitos.

-¿Cuándo y cómo surgió la idea de trabajar juntos?

-La inquietud creativa la compartíamos desde siempre. En Atenas, además, tuvimos que compartir estudio por primera vez. Así, codo con codo, era imposible que pudiéramos abstraer el trabajo de cada uno del que estaba haciendo el otro, así que decidimos dejar de resistirnos a la tentación de fusionar ideas, conceptos y técnicas. Decidimos contagiarnos. Complementarnos.

-¿Y después?

-Después una obra llevó a otra, un trabajo llevó a otro trabajo, y la cuestión fue depurar el método, conseguir extraer el máximo partido de nuestra interrelación. Estábamos de acuerdo en que teníamos que salir, que vivir...

-¿Dais mucha importancia al viaje como fuente de inspiración?

-Claro. No basta con que ejerzamos una influencia continua y recíproca el uno sobre el otro. Hay que enriquecerse con otras experiencias, con otras visiones y perspectivas. De ahí que vengamos de pasar seis meses en Nueva York, por ejemplo. Y que intercambiemos, constantemente, películas, discos y libros.

-Sois gemelos. ¿Eso, a nivel creativo, qué tiene de bueno y qué de malo?

-Básicamente significa que nos conocemos tan bien que no podemos engañarnos. Sabemos lo que piensa en otro, lo que siente. Además, llevamos diez años creando mano a mano, así que la comunicación es total. Contrariamente a lo que se pueda pensar, eso nos facilita mucho la tarea. Las dificultades las soportamos peor en lo que se refiere al terreno personal -rien-. Nos hemos hecho a la idea de que tendremos dos parejas de por vida, porque una la traemos de casa. dperez@lavozdigital.es