AVANCE. Vacuna capaz de evitar el cáncer de cuello de útero.
Sociedad

Vacunas con mucho 'músculo'

La combinación del moderno adyuvante AS04 con el clásico de sales de aluminio acentúa la protección contra el cáncer de cérvix

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La mayoría de las vacunas tiene su pequeño secreto en los adyuvantes -palabra derivada del latín adjuvare, ayudar-, sustancias que se combinan con el antígeno inductor de la respuesta inmunitaria del organismo para hacer más potente y duradera esa reacción defensiva. Aquel secreto se ha ido agrandando con los avances de la biología molecular y su aprovechamiento en los últimos descubrimientos en inmunoterapia, que han llegado incluso a la prevención del primer cáncer, el de cérvix o cuello uterino.

En la fábrica belga de Wavre, donde GSK produce la vacuna Cervarix contra ese tumor femenino que cada año mata a 270.000 mujeres (30.000 en Europa y 700 en España), el moderno Sistema Adyuvante AS04 es una de las joyas de la corona y, por tanto, uno de los secretos mejor guardados. El AS04, que ha sido administrado ya a 50.000 personas en diferentes ensayos clínicos, combina el adyuvante clásico más utilizado, conocido como sales de aluminio, y el monofosforil lípido o MPL. También se emplea en otra vacuna dirigida a prevenir la hepatitis B en pacientes de alto riesgo mayores de 15 años.

Desde sus vicepresidencias en GSK Biologicals, los especialistas en inmunología Martine Wettendorf y Hugues Bogaerts destacan la capacidad de esta «nueva familia de adyuvantes» para «aumentar la potencia y la duración de la respuesta inmune». La primera recuerda que Cervarix ha logrado una «protección de hasta el 100% durante cinco años y medio» contra las lesiones precancerosas provocadas por los dos tipos más dañinos del virus del papiloma humano (VPH), el 16 y el 18, que causan el 71,5% de los tumores de cuello de útero. Y además, remacha, hay datos preliminares que sugieren una protección indirecta frente a los otros dos tipos más frecuentes, el 45 y el 31, que están en el origen de otro 10% de casos.

La idea de que la vacuna contra el VPH debería completar el impulso autoprotector del antígeno con una «memoria inmunológica específica» para prevenir posibles reinfecciones, ya fue subrayada por la experta británica Margaret Stanley en el último Congreso Europeo sobre Infección y Neoplasia Genitales (Eurogin). Ante esa necesidad, añadía, las sales de aluminio «no siempre son eficaces», por lo que sugería desarrollar «nuevos adyuvantes para inducir una protección a largo plazo» y compensar la «inmunidad debilitada» por la infección. En este sentido, los resultados clínicos de la vacuna con AS04 confirman una respuesta inmune «significativamente mayor y más persistente» que cuando el antígeno es «ayudado» solamente con las citadas sales, que son en realidad hidróxido de aluminio.

Vacuna y citologías

Mientras prosiguen las investigaciones para comprobar a más largo plazo la eficacia protectora de la vacuna contra el también llamado cáncer cervical (hay dos aprobadas en Europa, y España las incluirá en el calendario vacunal antes de 2011 para niñas de 11 a 14 años), especialistas y autoridades sanitarias coinciden en la necesidad de «sumar» esfuerzos preventivos. En un encuentro con periodistas europeos en Wavre, el experto belga en tumores ginecológicos Wiebren Tjalma recalcó que «la mejor protección la da la vacuna más las periódicas citologías vaginales», prueba conocida como Papanicolau que analiza células de la parte externa del cuello uterino y a la que, remachó, «se les escapan algunos cánceres» cuyas células precancerosas pueden estar «escondidas» en la zona más interna.

Estimaciones basadas en las últimas investigaciones cifran la protección de la vacuna frente al tumor de cérvix en más del 70% de casos, en los que se evitaría la infección por el VPH desencadenante.