DISTENDIDO. Putin muestra un recorte en forma de corazón durante su discurso del jueves. / REUTERS
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El Gobierno protesta ante el embajador ruso por las declaraciones de Putin

De la Vega sostiene que la situación kosovar «no es comparable con ninguna de España»

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El Gobierno no quiere ni imaginarse un escenario en el que la independencia de Kosovo pueda ser utilizada en España por los nacionalistas para reforzar su discurso soberanista.

El paso que va a dar en breve la provincia serbia «no es en absoluto comparable con ninguna situación de este país», aseguró tajante ayer la vicepresidenta. En este contexto, el Ejecutivo socialista convocó al embajador ruso tras las declaraciones de Vladímir Putin, quien comparó el caso kosovar con el País Vasco.

María Teresa Fernández de la Vega sostuvo tras la reunión del Consejo de Ministros que el Gobierno «no es partidario de las declaraciones unilaterales de independencia», y por esta razón trabajará «hasta el último momento» con los demás países de la UE para que esa decisión no se consume. La portavoz gubernamental, no obstante, solicitó no adelantarse a los hechos con la esperanza, vana según todas las informaciones, de que Pristina dé marcha atrás en sus intenciones. De la Vega indicó que la prioridad es alcanzar una solución que «garantice la estabilidad regional» en los Balcanes y que respete «la legalidad internacional».

La número dos del Gobierno admitió que el reconocimiento de la soberanía de un país es un asunto de «competencia nacional», pero España está empeñada en que la UE adopte una «postura común y activa». Una tarea difícil ya que los socios más importantes, Francia, Alemania y Reino Unido, además de Estados Unidos, ya han anunciado que reconocerán a Kosovo una vez que proclame su independencia, paso que también dará la mayoría de los Veintisiete.

Tropas en alerta

El Gobierno no se plantea, por ahora y siempre que se materialice el paso, establecer relaciones diplomáticas con un Kosovo independiente, donde mantiene un contingente de casi 600 soldados. Esas tropas, junto a otros 258 efectivos desplegados en Bosnia, se encuentran en situación de alerta moderada por lo que pudiera ocurrir.

Mientras, el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, convocó a mediodía de ayer al embajador ruso, Alexander Kuznetsov, para pedirle explicaciones por las declaraciones de Putin. En esa entrevista, León expresó su «sorpresa» por lo manifestado por el presidente ruso, quien se opone de forma total a la independencia kosovar. Kuznetsov pidió al Gobierno que no interprete las declaraciones del jefe del Kremlin como una injerencia en la política española.