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No hay café para todos

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s lógico que el consejero de Empleo diga que el tratamiento excepcional dado a los afectados por el cierre de Delphi no puede convertirse en el método ordinario de resolución de conflictos laborales. Los problemas extraordinarios requieren medidas extraordinarias y exactamente eso es lo que se ha aplicado a este colectivo cercano a las 2.000 personas. Si cada vez que se produce un despido, un cierre o una quiebra tiene que venir la Administración a solucionarlo, no va a quedar dinero en las arcas públicas para costear la sanidad, la educación y las infraestructuras. La provincia tiene más de 110.000 parados y no es factible exportar a cada uno de ellos la solución dada a los afectados por el cierre de Delphi. Habrá quien piense que el desempleado debe velar por su futuro.