Fin de fiesta con la quema del Jartible

Ni el fuerte viento ha parado la cabalgata que marca el fin del fin de semana grande del carnaval puertorrealeño. El pueblo se echó a la calle para reír con los disfraces y carrozas que desfilaron por el centro de la villa. A ritmo de caja y bombo los grupos de amigos y agrupaciones pusieron la nota más simpática de fiesta. Niños y mayores quedaron asombrados con los animales gigantes que el Consistorio contrató para animar la cabalgata.

El desfile partió del colegio la Salle a las 17.00 horas y recorrió las calles Teresa de Calcuta, Soledad, de La Plaza, Sagasta, Carretas hasta el Paseo Marítimo donde finalizó su recorrido. A lo largo del itinerario se han lanzado 40.000 serpentinas y 1.000 kilos de papelillos.

Notas musicales

Los niños puertorrealeños participaron activamente subidos a cinco de las ocho carrozas que tomaron las calles. Las otras tres estuvieron ocupadas por La Piñonera Mayor y su corte de piñoneras, el coro Al enemigo ni agua de la localidad y el Jartible del pasado carnaval, Fernando Candón.

Las notas musicales las pusieron, como viene siendo tradicional, las dos bandas de música de la localidad, Pedro Álvarez Hidalgo y Virgen de la Estrella y varios grupos de animación contratados por el Ayuntamiento. A ello hay que sumar la participación de ocho agrupaciones locales y nueve grupos de amigos que han concursado para alcanzar alguno de los premios en función de sus disfraces.

Una vez que finalizó el pasacalles en la plaza Rafael Alberti tuvo lugar el pregón y posterior quema del Jartible que este año ha sido encarnado por el carnavalero puertorrealeño Luis Rodríguez Armario por su trayectoria en la fiesta.

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