Opinion

Convivencia

El 20 de enero acudí con mis hijos y su club de montaña a una salida. Al llegar al lugar donde comenzábamos el ascenso comprobamos que también había una batida de jabalíes. La cosa se puso seria cuando uno de los cazadores nos recriminó que estuviésemos allí y nos invitó poco amablemente a que abandonásemos el lugar.

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Los cazadores pagan por sus cotos, sus licencias, sus seguros, al igual que los montañeros nos federamos y aseguramos. Creo que la Administración debería realizar un esfuerzo para que situaciones como ésta no sucedan. Sería muy interesante tener un espacio de consulta en el que informarnos todos los interesados sobre en qué montes se van a realizar las batidas cada fin de semana; de esta manera podríamos evitar acudir a esas zonas, sobre todo cuando se va con niños.

El respeto y tolerancia es lo primero, y aunque estoy segura de que los cazadores en su mayoría son educados y respetuosos, ese domingo tropezamos con un escopetero que, haciendo gala de su ordinariez y chulería, lo que consiguió es que lo pusiésemos de ejemplo ante nuestros hijos de cómo no debe ser nunca una persona.