SUPERVENTAS. Ken Follet en la catedral de Vitoria, que juega un papel fundamental en la novela.
Cultura

El gigante en la calle

La nueva novela de Ken Follet, 'Un mundo sin fin', ha defraudado a muchos de sus seguidores, a pesar de ello, ya se han vendido más de mil ejemplares en Cádiz

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Gwenda sólo tenía ocho años, pero no le temía a la oscuridad». Esta es la frase con la que un galés que empezó de periodista se ha colado en apenas 30 días en más de un millón de hogares españoles. Y no lo ha hecho con sigilo, si no por la puerta grande, la que le da ser la primera frase de uno de los libros más esperados, de un título pensado, creado y parido para el éxito que se agotó en tres semanas desde su llegada a las librerías. Un mundo sin fin, la última gesta literaria de Ken Follet se agotó de las estanterías comerciales a 21 días de haber salido a la venta. Detrás, una gigantesca maquinaria mediática y todo el poder que da haberse convertido en un fenómeno de masas. ¿La clave? El apoyo de un título que revolucionó el mundo de la novela histórica y que, desde su salida en 1989, está entre las 60 más vendidas de la historia de la literatura, Los pilares de la tierra.

Como se dice de los hijos de empresarios, la nueva novela de Follet venía con parte del trabajo hecho. La avalaba el éxito editorial con el que arrasan cada uno de sus títulos y también el propio empujoncito paterno, pues el autor, desde el principio, habló de ella como «la continuación de Los Pilares de la Tierra».

La intención parece cierta. La trama vuelve a situar a los personajes en los aledaños de la Edad Media y en las inmediaciones de Kingsbridge, la aldea ficticia en la que el galés situó las intrigas de la primera entrega, aunque distanciándolos con dos siglos de diferencia. Así, el exitoso cóctel de pasiones, odios, amor y misterios que llevó a la cumbre a aquel relato épico en torno a las catedrales, se intenta perpetuar con unos personajes que son descendientes directos de los de la primera parte. Pero repetir recetas no tiene por qué ser camino directo al corazón de unos lectores que, reconocen, tal vez tenían demasiadas expectativas puestas en la lectura.

Los lectores

«Empecé con esa ilusión de quién ha disfrutado mucho con la primera parte. Sin embargo, no me ha convencido. Los pilares te enganchan desde la primera página, en este libro es diferente, todo va más lento», apunta Carmen Ucar, ávida lectora que invirtió apenas diez días en beberse las 1.136 páginas de la primera edición que recibió como regalo de Reyes.

«En su favor he de decir que, una vez que superas la primera parte, la cosa se va haciendo más emocionante y merece la pena llegar al final. No obstante, lo esperaba mejor, no le he visto renovarse ni arriesgar con cosas nuevas», apunta esta jubilada que cuenta entre sus novelas históricas favoritas con Los pilares de la Tierra y La Catedral del mar y que, resumiendo, ha encontrado el libro «soso al lado del otro».

Señalan algunos lectores que Un mundo sin fin intenta seguir la estructura genérica de su predecesora sin conseguirlo del todo. Así, la pormenorizada descripción de la ingeniería y la construcción de las catedrales que servía de esqueleto en el primero, se sustituye con el proyecto de construcción de un puente. «Por el que el autor pasa por encima, sin mojarse con los datos, sin demostrar esa magnífica documentación del primer libro», apunta Luis Bernabé.

Ingeniero y lector empedernido que se atreve, incluso, a deducir las posibles razones que dan forma a una obra que, definitivamente, no le ha gustado. «Yo no puedo demostrarlo pero hasta diría que, en el hecho de que la novela esté mal contada, mal estructurada, con demasiados personajes que terminan confundiendo al lector; están las manos de tres escritores distintos», aventura.

Como lector de algunas novelas del autor, aunque el best seller no sea lo suyo, este ingeniero señala que en el nuevo título de Follet pueden distinguirse, «muy claramente», tres voces: «Uno de ellos yo creo que es él mismo, con una prosa muy ágil y muy rica, que escribe los pasajes más rápidos y que más enganchan. Luego hay otra pluma que es pesadísima, capaz de ocupar catorce páginas con la descripción de un escenario. Finalmente, hay una tercera que no se parece en nada a las otras dos, que no logra un maridaje con ellas, y que se apoya, fundamentalmente, en tórridas y hasta increíbles escenas de sexo».

Según la opinión de este implacable lector, «no tiene nada de raro que un autor como Follet utilice tres negros... Si no, ¿cómo va a entenderse que haya quien saque un libro al mes!».

Aunque parece que el título sigue arrasando en su última edición, que acaba de llegar a las librerías esta semana, Un mundo sin fin continúa teniendo admiradores y detractores, los últimos, en su mayoría, lectores con demasiadas expectativas.

Las ventas

«Es muy comprensible que la gente haya agotado esta primera tirada. Se trata de un libro muy esperado. Los pilares de la tierra es una de las mejores novelas históricas y es normal que la gente estuviera ansiosa por leer la segunda», apunta Charo, desde la librería Quorum, en la que se vendieron alrededor de 550 ejemplares en apenas unas semanas. Para ella las previsiones que traía la novela eran muy buenas: «Los pilares es una obra muy completa, que la gente que no estaba acostumbrada a leer se leía de una sentada. Por eso era de esperar este fenómeno de ventas».

Las librerías gaditanas creyeron prepararse para el esperado aluvión de compras pero, en su mayoría, se vieron desbordadas a pocas semanas después de la salida. A los más de 550 ejemplares que Quorum vendió en la primera tirada se unieron los 150 de Manuel de Falla o los casi 90 de Cominero, sin contar otras librerías y grandes centros comerciales. Todos ellos se quedaron sin el título a mediados de enero y vieron ampliarse su lista de reservas porque, una vez más, el fenómeno Follet había hecho de las suyas.

Tras una concienzuda operación de marketing, desde la editorial Plaza&Janés reconocen que aún no pueden dar cifras concretas y actualizadas de ventas. «Las previsiones se quedaron cortas y hemos tenido que subcontratar la impresión por otros lados. Preveíamos que esta primera tirada se consumiera en dos meses. Ahora mismo, de lo único que estamos seguros, es que se han vendido más de un millón de ejemplares desde que llegara a las librerías el 28 de diciembre», apuntan.

Con una perspectiva de más de 15 millones de ejemplares vendidos por Los Pilares de la Tierra, Un mundo sin fin se enfrenta, en ventas y en expectativas, a un altísimo nivel de exigencia. El tiempo, los lectores y la crítica colocarán a la nueva gesta de Follet en su sitio aunque que nadie podrá arrebatarle haber superado en tirada inicial a las tiradas que ya habían hecho histórica la saga de Harry Potter.

Con defensores y detractores, con lectores fieles más o menos satisfechos, sólo hay una cosa cierta: Follet, el hombre que acercó el misterio de la construcción de las catedrales parece tener una receta infalible para otra gesta de proporciones mundiales, la de la facturación millonaria de sus empresas editoriales.