CÁDIZ

Desembarco masivo desde el catamarán por el parón en el servicio de los autobusés de Comes

Aún no había acabado el pregón que inauguraba oficialmente el principio del Carnaval de Cádiz, y en la Avenida, una de las arterias fundamentales de entrada a la ciudad, ya estaba colapsada.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Eran las 20.45 y miles de vehículos trataban de entrar en ese mismo momento en la capital.

Los autobuses urbanos tampoco daban a basto, a pesar de que gracias al refuerzo de los servicios hubo mayor afluencia de autocares. Los vehículos se marchaban de las paradas dejando en pie a decenas de spidermanes, piratas, hadas, y otra fauna carnavalesca en tierra.

En el interior, todos se apretaban hasta que ya no cabía nadie más. Un chico robusto, disfrazado con un traje de superhéroe desteñido decía: «Qué calor. Pensaba que sólo podría sudar así dentro de una sauna». Y las puertas se cerraban hasta que las decenas de personas que se amontonaban dentro, estaban lo suficientemente apretujados, como resaltaba una joven con una peluca de color rosa chillón. No había forma de moverse sin pisar a otro viajero.

Sin embargo las personas que trataron de coger el transporte público más allá del estadio Ramón de Carranza, no tuvieron tanta suerte. Era muy difícil encontrar un hueco, así que cientos de ciudadanos optaron por abandonar el intento, y llegar al centro de Cádiz caminando.

Por mar: avalancha

«Esto es horroroso. No dejan de llegar avalanchas de personas y todavía quedan muchas más», decía un policía del puerto de Cádiz, en la puerta de entrada de desembarco del catamarán. Eran las diez de la noche. Poco después llegaba una embarcación desde El Puerto, llena de gente, jóvenes en su mayoría, dispuestos a pasar una gran noche de carnaval.

«En cada viaje son otras 150 personas, el máximo de su capacidad. Y llevamos toda la noche», aseguraba el capitán del barco, Juan Antonio Rodríguez.