opinión

Calle Porvera | Cuarenta veces cuarenta, por Virginia Montero

Mañana cumple cuarenta años el heredero de la corona española. Lo cuento aquí por si no se habían enterado, aunque si es así es que deambulan por otra galaxia. Vaya bombo que le están dando a la efeméride, que es más personal que otra cosa: que si reportajes en los periódicos, que si documentales en televisión, que si despliegues especiales en todos los suplementos de fin de semana. A este paso al susodicho no le van a hacer ninguna ilusión los regalos ni la tarta de cumpleaños de merengue con velitas porque lleva celebrándolo más de una semana.

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Porque ¿qué tienen los cuarenta -aparte de ser un número redondo- que no tengan los 39 o los 41 salvo que es un año más o uno menos? Bien está que sepamos la edad del futuro monarca, pero es que casi se le está dando más relevancia que a los 70 que su padre cumplió hace pocos días y ni que decir tiene que son muchos más y que se trata del actual Rey. Cuatro décadas después del nacimiento de Felipe de Borbón se están publicando de nuevo las fotos de su bautizo, las de su primer discurso, las de su graduación universitaria, las de sus novias y, cómo no, las de su boda... Como sigamos así, sí que le va a dar la crisis de los cuarenta, por repetirlo cuarenta veces. Lo que es seguro es que no puede coquetear quitándose años.

Yo transmito aquí lo que me dice mi padre divertido: «Mi cumpleaños también es mañana y nadie dice nada de mí». El 30 de enero se conmemora igualmente el día de la paz -fecha en la que falleció Gandhi hace 60 años- y salvo desde los colegios y desde el colectivo jerezano Buenaespina tampoco he visto o leído nada que recuerde su importante papel en la historia más reciente. ¿Vaya! Gandhi puede decir lo mismo que mi padre.

vmontero@lavozdigital.es