CARTELES. Indican que lo recaudado irá a Guatemala.
Jerez

Hijos de la luz

Un grupo de personas pertenecientes a un grupo cristiano colaboran desinteresadamente en Jerez con una misión en Guatemala

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En estos tiempos en los que todo se compra y casi nada se regala, Enrique, Juan, Antonio y Paco están llevándole la contraria a las pautas que marca esta sociedad tan consumista y se encargan de ofrecer libros con el Nuevo Testamento y unas cuartillas escritas a máquina, gratuitamente. En ellas dan a conocer los fundamentos argumentales de su Iglesia. «Esta obra la hemos comenzado hace unos meses. Todo es muy simple, queremos acudir a la esencia del mensaje de Cristo. El hombre ha puesto demasiadas leyes y demasiadas trabas a un mensaje que trajo el Hijo de Dios en medio de una sencillez extrema» , dice Enrique, que habla con un tono cargado de paz que relaja al escucharle.

Se reúnen en los domicilios de los miembros que componen este grupo de cristianos. «No lo hacemos en ningún templo, porque no deseamos sentir nuestra fe bajo el yugo de la antigua ley. Es más, no respondemos a ningún nombre de iglesia o denominación. Ni somos testigos de Jehová, ni evangélicos, ni mormones, ni católicos... Queremos llevar y trasmitir el núcleo del mensaje de Cristo a quien buenamente nos quiera escuchar», afirma Enrique.

Hace tan sólo unas semanas, estuvo en dos de los países mas pobres del mundo, Guatemala y Honduras. «Allí si que se puede ver la pobreza en un nivel que aquí ni tan siquiera podemos imaginar. Sabemos que con nuestra aportación no vamos a erradicar tantos desequilibrios sociales, pero nos debemos también a la obra de ayuda con nuestros hermanos los mas pobres», argumenta Enrique.

Rastro de Alameda

Todos los domingos, en el rastro de la Alameda, estos cristianos, dirigidos por la fe en Jesucristo, venden todo tipo de artículos para enviar los beneficios íntegros a la comunidad de Chiquimula en pleno corazón de Centroamérica.

Estos cristianos han sentido la voz de Cristo como un lenitivo, y ahora lo hacen extensible al resto de personas que viven a su alrededor. Están convencidos de lo que hacen y de que así ayudan al prójimo y, sobre todo, a los más necesitados. Han hecho de eso una forma de vida, una meta que alcanzar, aunque saben que es difícil. Son felices y quieren que los demás también lo sean.