San Antón en Jerez./ Tamara Sánchez
JEREZ

Los animales se apoderan del corazón de Jerez

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Acudir cualquier domingo, a las once de la mañana, al parque González Hontoria es encontrarse con un espacio inmenso totalmente vacío y desaprovechado. Son días en los que algunos vecinos de las zonas cercanas pasean por este solar mientras que sus hijos aprenden a montar en bicicleta o deciden convertir el parque en el escenario perfecto para una nueva aventura imaginaria. No obstante, ayer la escena era notablemente distinta. Cientos de jerezanos andaban de un lado al otro del parque (en algunas zonas con ciertas dificultades debido a la aglomeración de personas) y daban de nuevo vida a una zona que sólo es protagonista de las fiestas en la época de Feria.

De hecho, ayer la celebración de San Antón tenía algún que otro toque típico de la fiesta de mayo por excelencia en la ciudad, ya que las sevillanas que se podían escuchar a través de la megafonía, el buen tiempo y las barras instaladas por el parque hacían que se escuchara más de un comentario asegurando que «parece que estamos en Feria».

Al margen de esta anécdota, ayer se celebró en el González Hontoria el día de San Antón. Como es habitual, una marea humana acompañada de cientos de animales disfrutaron de una velada que está hecha para los más pequeños. Payasos, castillos hinchables y concursos de pinturas ratificaban que cada año se piensa más en ellos, porque al fin y al cabo son quienes más disfrutan de la cita.

Inmaculada y Beltrán, de 2 y 3 años respectivamente, son un claro ejemplo de ello. Con sus ojos abiertos como platos observaban todo aquellos que alcanzaban a ver como si descubrieran un auténtico tesoro. Los perros, las ardillas, los loros, los gatos, las serpientes, tortugas o caballos les tenían fascinados. «¡Mamá, mamá, mira ese es Guancho!», se escuchó de pronto. Al instante decenas de carcajadas lograron que Pablo, de 12 años, errojeciera. Él vive en la Zona Sur, cerca de la Laguna de Torrox, y aún no ha olvidado la búsqueda que durante el mes de septiembre se llevó a cabo en esta área para encontrar a una cría de cocodrilo.

Mientras tanto, el tradicional desfile de San Antón llegaba a su fin. En él particiaparon este año el Escuadrón de la Policía Municipal, los 870 animales inscritos y una representación ecuestre de la Escuela Municipal de Equitación, el Club Nazaret, el Centro Ecuestre Jerezano, el centro El Juncal, el Club Verdejo, Los Lagos y algunos particulares, además de algún que otro enganche.

«Me encanta venir a esta fiesta. Cada año está mejor», insistía uno de los asistentes. Como novedad, en esta edición se pudo observar un terrario –que provocó más de un susto–, aunque eso sí los animales de La Selva se echaron de menos.

El vuelo de las palomas o los grandes animales hinchables que pasearon por el González Hontoria fueron también protagonistas de un día que muchos esperaban con impaciencia.

braguilar@lavozdigital.es