VILLALUENGA. Abundan sanciones a los espectadores, pero ninguna por manipular los pitones. / LA VOZ
Sociedad

Cádiz es la provincia andaluza donde más corridas se celebraron en 2007

Se abrieron 55 expedientes sancionadores aunque ninguno fue por 'afeitado' y sólo dos por hacer mal la suerte de varas Se ofrecieron 40 tardes de toros, tres más que en 2006

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En la anual convocatoria, que ya ha adquirido rango de tradicional, José Antonio Gómez Periñán, Delegado de Gobernación de la Junta de Andalucía en Cádiz, junto a José Antonio Soriano, Director General de Juegos y Espectáculos, se reunió con los comentaristas taurinos gaditanos para dar a conocer los datos estadísticos de la temporada ya finalizada. Completa y pormenorizada información, que este año se presenta en forma de un pequeño libro prolijamente ilustrado y documentado y que se complementa con interesantes valoraciones de presidentes, veterinarios y empresarios que intervinieron en los festejos.

En la relación de gráficos presentados, llama la atención no sólo la cantidad sino, sobre todo, la calidad de los festejos celebrados en la provincia de Cádiz. Aunque se advierte un leve descenso en el número total de espectáculos taurinos organizados durante 2007 respecto a los verificados el año anterior, pues de los 165 de 2006 se pasa a los 150 en la pasada campaña. Sigue Cádiz a la cabeza de Andalucía en festejos mayores.

Una de las explicaciones a este descenso en el cómputo global de festejos puede encontrarse en que el nuevo Reglamento andaluz, ya vigente en la pasada campaña, obliga a las empresas taurinas a inscribirse en el Registro de la Consejería de Gobernación con aval por importe de 25.000 euros. Con lo cual, tal vez, se hayan eliminado a empresarios ocasionales que solían organizar festejos menores. Sin embargo, 40 fueron las corridas de toros que se ofrecieron en 2007 frente a las 37 de la temporada anterior., consecuencia también de esa buscada profesionalización del sector empresarial. De las ocho provincias andaluzas, sigue siendo la de Cádiz, la única cuya capital carece de plaza de toros, la que ostenta el liderato autonómico en la organización de festejos mayores.

La localidad gaditana que más festejos ha albergado ha sido El Puerto de Santa María, con un total de 16. Le siguen Sanlúcar de Barrameda con 13, Jerez y Algeciras con 7, San Roque, 6, Los Barrios 5, hasta diluirse un sin fin de espectáculos repartidos en 39 poblaciones diferentes.

Dos indultos

En temporada tan profusa en celebraciones taurinas, la máxima eclosión del indulto se ha vivido en dos ocasiones. Uno ocurrió en la plaza de Tarifa y el agraciado fue Mirón, de la ganadería de Núñez del Cuvillo, lidiado por Jesulín de Ubrique. El otro indulto se produjo en una corrida celebrada en un plaza portátil instalada en Arcos, por lo que fue a todas luces antirreglamentario, ya que el actual Reglamento Taurino de Andalucía prohíbe el indulto en este tipo de cosos efímeros. Por el contrario, la desazón de la invalidez obligó a seis devoluciones de reses a los corrales.

Por su bravo comportamiento, nueve toros se hicieron acreedores del póstumo homenaje de la vuelta al ruedo, entre los que caben destacar un ejemplar de Núñez del Cuvillo corrido en Jerez y otro de Torrealta en El Puerto.

Durante esta temporada han pisado el albero de los cosos taurinos de la provincia las primeras figuras del toreo. Enrique Ponce y El Cid son los matadores que más veces han intervenido, contabilizando ocho paseíllos cada uno. Le siguen con siete y seis actuaciones, respectivamente, Jesulín de Ubrique y Francisco Rivera.

Sanciones al público

Un capítulo interesante de los datos aportados es el que hace referencia a los expedientes sancionadores. De ellos se desprende que en la temporada 2007 se han incoado en la provincia de Cádiz un total de 55, de los que la mayor parte se han abierto a empresarios denunciados por incumplir las plazas portátiles los requisitos para las instalaciones de reconocimiento de reses o por carecer de extintores o aseos. Llama la atención en este apartado el paradójico contraste entre la cantidad de sanciones propuestas contra espectadores «por inducir una alteración del orden público» y la total ausencia de expedientes «por manipulación de las defensas de las reses» y que sólo existan dos «por actuación contraria a las normas de la suerte de varas». Cuesta mucho entender esto, después de ver tantos festejos en que el fraude en los pitones y el abuso sistemático de la acorazada de picar privan a los aficionados de la verdadera esencia, emotiva y épica, del espectáculo.