César Mera, amigo

Mera, en prensa esta mañana,

con cruz, caracteres negros,

vela en tanatorio, llamas.

Es ley de vida, mi nieto,

el que mueran, el que nazcan,

pero injusto es el cielo

con César, edad temprana,

con César, joven apuesto

con su sonrisa en la cara.

Con amigos, compañeros,

siempre ameno, sin distancias.

Sociedad Trident, su puesto

que muy bien desempeñaba.

Dos años de casamiento,

no ha disfrutado en su casa,

con treinta y tres, indispuesto,

ocho meses, destemplanza...

la leucemia, el sujeto,

el puñal de la esperanza.

José Luis, ofrecimiento

de médula, para nada.

Por César todo el empeño,

familia toda volcada

hasta el día tres de enero,

que, sentado su fue su alma.

Con él hoy mi pensamiento,

con viuda desconsolada,

con meses en su florero,

su hija, rosa marchitada.

José Luis, Joaquín, lo siento,

era el chico de la saga.