Poderoso Bardem

a concesión de los Globos de Oro, sin el oropel de otras ediciones por la huelga de guionistas, enfila a Javier Bardem hacia su segunda candidatura a los Oscar por su alabado papel de asesino en serie en No es país para viejos. El galardón como mejor actor secundario, sumado a la entidad de los intérpretes con los que disputa el favor del público y de la crítica, reconoce el poderoso y distintivo talento de Bardem para transmutarse en personajes extremos como el yonqui de Días contados o el Ramón Sampedro de Mar adentro. Pero su multipremiada carrera demuestra, sobre todo, la capacidad de las dotes actorales para imponerse al corsé de la industria cinematográfica. O, en este caso, a las carencias de un sector como el español, seguramente más beneficiado por el espaldarazo internacional que vienen recibiendo algunos de sus integrantes.