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Sarkozy arrebata a Bush parte del mercado armamentista de Estados Unidos en el golfo Pérsico

Firma con Arabia Saudí un contrato por 20.000 millones

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George W. Bush busca un aliado en Nicolas Sarkozy para su campaña contra el eje del mal, personificada ya únicamente en Irán y Siria tras la entrada en el redil de norcoreanos, iraquíes y afganos. Pero el presidente francés no parece dispuesto a contentarse con que su homólogo estadounidense le deje poner las botas sobre la mesa del salón de su rancho de Crawford. Quiere más. Y para ello pretende demostrar al texano que es un estadista de su mismo nivel, líder de una primera potencia.

¿Cómo lo hará? Lo tiene claro. Tras obtener una victoria por goleada en la lucha mediática, ahora queda la comercial. En ese campo el inquilino del Elíseo no se conformará con una derrota honrosa. Como mínimo exige un empate. Y marcando primero la igualada es más fácil de asegurar.

Y ayer se adelantó en el marcador al conseguir introducirse en un sector y un mercado tradicionalmente norteamericano. Sarkozy le robó clientela a Bush al vender a los países árabes del golfo Pérsico armas por valor de 20.000 millones de euros, una operación que supera en más de 5.000 millones a la que ha rubricado la Casa Blanca casi de forma paralela. Ambas administraciones, sin embargo, comparten excusa: reforzar la seguridad de los estados de la región frente a las amenazas terroristas del radicalismo islámico encarnado por Al Qaeda. Sarkozy lo anunció ayer en Riad, durante la primera jornada de su gira, iniciada con unas horas de ventaja sobre Bush. Allí también dijo que empresas francesas de sectores ajenos al bélico se beneficiarían de transacciones valoradas en otros 20.000 millones. Así, el presidente se convierte en el mejor agente comercial de las Galias. Ya lo había demostrado en su anterior expedición por el Magreb.

Sistema defensivo

El cliente más fácil ha sido precisamente Arabia Saudí, hasta ahora seducido por Washington. El reino wahabí se ha comprometido a meter en su cesta de la compra un sistema defensivo terrestre y aéreo de vigilancia de fronteras Miksa, además de cinco aviones Airbus, helicópteros, cuatro fragatas, varios submarinos y hasta un satélite de observación. Cerrado el mercado persa, más cultivado por Chirac, Sarkozy también ofrece a los vecinos del régimen de los ayatolas colaboración en materia de energía nuclear para uso civil. Sería un acuerdo similar al establecido con anterioridad con Libia y Argelia.

En unas declaraciones realizadas ya en suelo árabe, el carismático mandatario sostuvo que este tipo de operaciones contribuyen a fomentar la confianza entre Occidente y el mundo musulmán. Apuntó en el mismo foro que también Qatar y los Emiratos Árabes Unidos podrían participar en el programa atómico.