El cuerpo fue llevado a un tanatorio de la capital. / ROMÁN RÍOS
Janda

Aparece en Los Caños el séptimo cadáver de un inmigrante en una semana

Este hallazgo fortalece la hipótesis de que hubo un naufragio en Nochevieja Los agentes no le tomaron las huellas al difunto por el estado de descomposición

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Los macabros descubrimientos en la costa barbateña prosiguen y, en la mañana de ayer, un nuevo cadáver fue encontrado frente a Los Caños de Meca. Se trata del séptimo cuerpo que llega a la orilla desde que el pasado 2 de enero apareciera el primero. La marea volvió a sacar a la luz la cara más trágica de la inmigración irregular, que sigue utilizando el Estrecho como ruta de entrada a Europa.

Fue a las doce de la mañana cuando un vecino daba la voz de alerta; un aviso que no cogió de sorpresa a la Guardia Civil, que mantiene un dispositivo de búsqueda especial a la espera de nuevos hallazgos similares. Este testigo se encontraba paseando con su perro por el tramo costero que hay frente a la urbanización Playas del Estrecho, cuando divisó lo que parecía un cuerpo atrapado en una zona de rocas.

Varias patrullas del puesto de Barbate acudieron al mismo lugar donde apareció el pasado tres de enero el segundo de los cuerpos. Esos restos mortales correspondían a la única mujer que hasta ahora ha aparecido muerta; los restantes seis cadáveres pertenecen a varones.

En esta ocasión, los agentes encargados de verificar qué había entre las rocas comprobaron que los restos mortales presentaban un avanzadísimo estado de descomposición. Hasta el punto de que la cara estaba completamente deformada, ya no había ni rastro de rasgos físicos e incluso el originario color de piel no se puede determinar a simple vista. Este nivel de degradación se debe a que ha permanecido más tiempo en el agua que los otros inmigrantes sacados del mar y, según apuntan fuentes del Instituto Armado, es probable que sufriera continuos impactos contra las rocas.

Pese a que la llegada escalonada de cuerpos al mismo tramo costero de la provincia hace sospechar a la Guardia Civil que todos viajaban en una embarcación que naufragó; la Policía Judicial sigue sin poder determinar si trataron de cruzar el Estrecho en la patera que llegó a Zahora el día 31 o, en cambio, iban en una nave diferente que terminó hundiéndose en las inmediaciones del Cabo de Trafalgar. Las autopsias a los anteriores cadáveres indican que llevaban en el agua entre 48 y 72 horas.

Sin prendas

Este cuerpo estaba completamente desnudo, a diferencia de algunos de los otros fallecidos que sí tenían consigo aún alguna prenda. Pese a estas dificultades para la identificación, los agentes sí pudieron confirmar que se trata de un varón. Pero, en cambio, no le tomaron las huellas dactilares porque éstas habían sido ya borradas por el efecto del agua.

Tras autorizarse el levantamiento del cadáver, éste fue llevado al tanatorio Servisa de la capital, donde también se encuentran los restos de los otros seis inmigrantes. Allí se recogerán muestras del finado para poder utilizarlas en futuros cotejos de ADN que ayuden a darle un nombre.

stubio@lavozdigital.es