COMÚN. Esta es una imagen habitual de cada 6 de enero.
Jerez

Los tres magos de Oriente son de verdad

Miles de niños se despertaron ayer con la ilusión reflejada en sus rostros y ansiosos por abrir los regalos que con tanto trabajo han logrado hacerles llegar los Reyes

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A eso de las siete de la mañana, Hugo se levantó sobresaltado. Algo perturbaba su sueño y le impedía cerrar los ojos para continuar descansando junto a sus padres en la cama de matrimonio ubicada junto a la cuna de su hermano pequeño. Sin poder evitarlo, se incorporó, bajó de la cama -no sin ayuda de su madre que ya lo observaba desde hacía rato- y corrió por el pasillo hacía el salón. Allí, junto al sofá, estaban los vasos de leche medio vacíos y los restos de los bombones que la noche anterior, tras la cabalgata, había colocado con esmero para los tres Reyes Magos. Enfrente de él había muchos paquetes que le inquietaban. «Corre, ve a ver que te han dejado los Reyes», le dijo su padre. Entonces se desató la locura y en cuestión de segundos apartó el papel de regalo de los juguetes que los tres magos de Oriente le habían hecho llegar no sin algún que otro esfuerzo. Risas, caras de sorpresa y mucho nerviosismo, Hugo no sabía muy bien a qué dirigirse primero ni con qué jugar, pero a sus cuatro años tenía claro que ése era un gran día.

Esta misma escena se vivió ayer en miles de casas, donde tanto pequeños como mayores disfrutaron de lo lindo en una jornada donde la tradición se impone a las creencias religiosas. Durante semanas las familias jerezanas han colapsado centros comerciales y calles del casco urbano en busca de un regalo que arranque la sonrisa de aquellos a los que más quieren.

Cajas, cartones, bolsas y plásticos de todo tipo se acumularon ayer en los aledaños de los contenedores de basura, una imagen que se repite cada año y que da más trabajo de la cuenta a los operarios de Urbaser. No obstante, la escena en la que los niños abarrotan las plazas y calles con sus nuevos juguetes no ha sido una de las más vistas este año. Y es que la Wii o la Playstation han ido ganando terreno dejando los juegos tradicionales, a los coches teledirigidos, bicicletas, monopatines, balones de fútbol, carritos de bebés y demás regalos prácticamente en el olvido.

Otra de las escenas que cada año forman parte de la tradición familiar son los recorridos turísticos que cada núcleo familiar hace por las casas de sus allegados. A través de esta ruta, detalladamente planeada, los pequeños adquieren más y más juguetes y los mayores lo utilizan de excusa para abrazar a sus hermanos, padres, primos o amigos.

Mientras tanto, en las barriadas rurales del extenso municipio de Jerez, los Reyes Magos hacían su particular paseillo. En estos rincones, Sus Majestades reparten ilusión y decenas de caramelos y gominolas a los pequeños que ya han abierto los regalos en sus casas. A pesar de que en Rajamancera o Cuartillos, por citar dos ejemplos, los Magos de Oriente se pasean un poco más tarde que en el casco urbano, éstos consiguen arrebatar las mismas sonrisas y generar los mismo nervios.

De igual forma, peñas, asociaciones de vecinos u otros colectivos festejan el día de Reyes con sus particulares Melchor, Gaspar y Baltasar, tres personajes que aunque la historia no demuestre que fueron reyes o magos han conseguido que con el paso del tiempo cada 365 días los problemas queden en el olvido, aunque sea por un instante, gracias a la ilusión que genera ver a los más jóvenes de cada casa disfrutar y a sus mayores emocionarse con ellos. Ésa es la verdadera esencia de unos Reyes Magos que cada día 6 de enero sí son de verdad.

braguilar@lavozdigital.es