CRÍTICA DE TV

Recurso fácil

En el fragor de la cena de Nochebuena pude ver algo del especial de Canal Sur. Lo que me dejó la familia, a la que por supuesto no iba a mandar callar en una cita tan importante. Menos mal que ni en esos momentos tan familiares deja de funcionar el electrodoméstico más entrañable de la casa, que si no ya me dirán ustedes qué saca uno para llenar este espacio. Me pareció intuir -ya se sabe, uno se distrae con los entremeses y el resto de platos, además de conversar con unos y otros- ciertos momentos de mal gusto en ese espacio, en el que se alternaban los entrelazados sketchs con las actuaciones musicales, muy andaluzas y muy navideñas la mayoría de ellas. Un amigo que vio el programa entero me confirmó el desatino que yo había vislumbrado en los guionistas del especial, con más que sutiles alusiones al órgano sexual masculino a una hora en la que muchos niños permanecen en casa porque, recordemos, era Nochebuena. La típica respuesta de que se puede cambiar de canal si se quiere va en contradicción con la intención de toda cadena, que pretende atraer al mayor número de televidentes posible. Llegado a este punto uno se pregunta si es posible hacer un programa de humor sin recurrir al chiste verde o al chascarrillo picantón más antiguo que los liaíllos. Por lo que se ve, parece que no. ¿No hay quien controle este tipo de contenidos? Y si lo hay, ¿por qué existe esa manga ancha con textos de mal gusto?

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Canal Sur tiene ahora una segunda oportunidad. Los niños de Menuda noche recuperan protagonismo hoy, en el programa de Nochevieja. No creo que, con los pequeños por delante, a nadie se le ocurra caer en el mal gusto. Aunque la de esta noche es una fiesta más mundana, es de esperar que el grupo de simpáticos chavales andaluces que capitanea Juan Imedio nos ofrezca un programa como mandan los cánones. Tengamos la fiesta en paz y terminemos el año de la mejor manera posible, que en televisión se puede ser siempre gracioso sin ser chabacano. De hecho, en la cadena autonómica lo son muchas veces, pero en otras ocasiones caen en la trampa y recurren a lo fácil. Cara al nuevo año, uno de los propósitos que deben hacer todas las cadenas es pensar más en los niños, tanto a la hora de no ofrecerles violencia y sexo, como a la de tenerlos más en cuenta para darles programas educativos y de entretenimiento de calidad.