BUQUE INSIGNIA. Es una de las especies más demandadas.
Jerez

La perdiz roja, gran fuente de ingresos

Asper hace un balance muy positivo de la temporada de caza de esta especie, que está a punto de finalizar

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La temporada de caza de la perdiz roja, esa joya cinegética de la provincia de Cádiz que cada año atrae a numerosos aficionados a esta especie que se cría en libertad y totalmente salvaje en los cotos de la zona, está ya en sus postrimerías y el balance que de ella hacen los expertos es más que positivo.

Así lo manifiesta el presidente de Asper (Asociación en Defensa de la Perdiz Roja Autóctona), Gonzalo Domecq, que afirma que «la temporada de este año, en su conjunto, ha sido bastante buena, tal como hacía presagiar la magnífica primavera».

Ésta es, sin duda, una gran noticia para la provincia, en la que cada año se mueven varios millones de euros gracias a esta actividad que tiene en la perdiz roja uno de sus buques insignias, y no sólo entre las especies de caza menor.

El mismo Domecq pone de relevancia la importancia de la caza de la perdiz al asegurar que «sigue generando un movimiento económico muy importante que, entre otras cosas, asegura el asentamiento en los núcleos rurales y proporciona un suplemento a las castigadas rentas agrarias».

Además, el presidente de Asper hace hincapié en el hecho de que el caso concreto del ojeo, una de las modalidades más practicadas de caza de esta especie -también están la caza en mano y con reclamo-, «es una actividad esencial por la cantidad de puestos de trabajo que propicia. Y es que hay que tener en cuenta que en cada batida que se organiza son necesarios unos 100 puestos de trabajos divididos de la siguiente forma: 20-25 secretarios, 50 batidores y personal de catering».

Para el buen desarrollo de la temporada de caza de la perdiz ha sido fundamental el hecho de que la climatología haya acompañado. Según Gonzalo Domecq, «no tenemos ninguna queja a este respecto ya que, como he dicho, la primavera fue muy buena y ayudó a la cría». Además de la afluencia de ejemplares, otro aspecto positivo ha sido que «la temporada de caza no se ha visto afectada por la lluvia, aunque sí hemos echado en falta las precipitaciones de noviembre porque el campo está muy seco».

En cuanto a la procedencia de los cazadores que se han acercado a la provincia atraídos por la perdiz roja, cerca de un 65 por ciento procedían del ámbito local y el 35 por ciento restante se ha dividido entre nacionales e internacionales, según los datos de Asper. En concreto, los extranjeros proceden de Inglaterra, América e Italia. «Estos últimos cada vez vienen con más asiduidad y cuando lo prueban repiten. En su mayoría acuden porque tienen contactos con propietarios y los sucesivos años vuelven», explica Domecq.

Entre las dificultades que sí han encontrado este año los propietarios de los cotos destaca una enfermedad que ha afectado a algunos ejemplares. Según Domecq, «este año ha estado marcado sin duda por las afecciones causadas por la viruela. Aunque esta enfermedad no llega a ocasionar la muerte de los animales sí les provoca problemas en ojos, extremidades y pico, con lo que su capacidad para escapar de depredadores se ve seriamente mermada».

El presidente de Asper explicó que lo peor de esta enfermedad es que es casi imposible de tratar, porque habría que hacerlo ejemplar por ejemplar. «Los gestores intentamos suplir las consecuencias de la enfermedad con complemento vitamínicos, pero sólo sirven de paliativos no son métodos curativos». Añadió que la viruela ha sido especialmente virulenta con los polluelos y, por eso, «un año que podría haber sido excepcional se ha quedado finalmente en bastante bueno».

Por otro lado, Gonzalo Domecq también quiso recordar que está previsto que a principios de marzo los cazadores se echen a la calle para movilizarse contra la nueva Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad que prepara el Gobierno central. En sus propias palabras, «es una movilización fundamental para la que contamos con el apoyo de organizaciones muy fuertes como Asaja o la Federación de Cazadores».

Según Domecq, «en realidad esta manifestación es una protesta por toda la legislación que se ha redactado hasta ahora, aunque el detonante ha sido la Ley de Patrimonio Natural, pero el problema parte de mucho antes. Se han publicado muchas leyes en las que se ha dañado la imagen de los cazadores, sin tener en cuenta que somos los primeros defensores, junto a los agricultores, del medio ambiente. La manifestación supone una defensa del papel de la gente del campo para el fomento de la naturaleza, el medio ambiente, las especies, etc», finalizó.