EN ÁFRICA. La médica española, en el centro de la fotografía, aparece rodeada de lugareños. / DIARIO DE LEÓN
ESPAÑA

Negocian la liberación de una española y una argentina secuestradas en Somalia

Los delincuentes están cercados en una zona montañosa y dos de ellos ya han sido detenidos Mercedes García, de 51 años, reside en un pueblo de León y trabaja en Médicos Sin Fronteras desde 2002

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Una doctora española y una enfermera argentina de Médicos sin Fronteras (MSF) permanecen retenidas desde ayer cuando iban a trabajar en el noreste de Somalia por hombres armados, dos de los cuales fueron detenidos poco después, según indicaron las autoridades locales. Los delincuentes están cercados desde el mediodía por la policía a pocos kilómetros del lugar del rapto.

El secuestro de las dos mujeres, la española Mercedes García Valcarce, de 51 años, y la argentina Pilar Bouza, se produjo días después del rapto en esa misma zona de un periodista francés que fue liberado el lunes, según explicó el ministro de Información de la región autónoma de Puntland, Bile Mohamud Qabowsade, quien subrayó «la policía les persigue», como único dato del suceso. El embajador de España en Kenia, Nicolás Martín Cinto, viajará en las próximas horas a la localidad de Bossaso, en la región de Puntlandia, donde las dos cooperantes fueron secuestradas. El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, ha tomado esta decisión después de que la policía de Puntlandia anunciara la suspensión de las negociaciones con los raptores hasta la mañana de hoy

Intercambio de disparos

García Valcarce, soltera y natural de Cuadros (León), es una médica con experiencia en programas de cooperación internacional de MSF, en los que trabaja desde 2002. Para Bouza, sin embargo, era su primera experiencia sobre el terreno. Ambas forman parte de un programa contra la desnutrición infantil entre los desplazados somalíes que implica a unos cien profesionales, la mayoría del país africano. El secuestro de García eleva a casi medio centenar el número de cooperantes españoles raptados en el extranjero en la última década.

«Los secuestradores están rodeados en la zona montañosa del exterior de Bosasso y hasta el momento la policía ha arrestado a dos de ellos», declaró el ministro de Comercio, Abdishamad Yusuf Abwan. Según su versión, se produjo un intercambio de disparos entre los secuestradores y la policía y podría haber víctimas entre los delincuentes.

En este sentido, la presidenta de MSF en España, Paula Farias, hizo un llamamiento a los secuestradores para que se encuentre una solución «negociada» y se evite el «enfrentamiento armado». Así lo manifestó Farias en una rueda de prensa en la sede madrileña de la ONG en la que también intervino el responsable de relaciones externas de la organización, Carlos Ugarte, quien aclaró que existe un «hilo directo con las autoridades responsables que están llevando a cabo el proceso de negociación», aunque precisó que aún se desconocen «los motivos del secuestro».

Asimismo, insistió en que MSF lleva 16 años trabajando en Somalia y éste «no es el primer incidente de seguridad» que la organización ha tenido y «posiblemente no vaya a ser el último». «Allí trabajamos con unas medidas de seguridad muy estrictas y se hace una rotación con periodos más cortos que en otras zonas porque se trabaja en condiciones muy difíciles». Además, «los expatriados están perfectamente informados de la situación y del contexto del país», añadió. Por razones de seguridad, MSF ha decidido evacuar a los empleados extranjeros que trabajan en Bosasso en el programa de nutrición y mantener sólo a tres personas en ese lugar, según puntualizó Jaume Codina, portavoz de la organización en España.

«Sólo ha quedado en el terreno el coordinador del proyecto, un médico y una persona de la sede, que son los que están en contacto con las autoridades de Bossaso e intentando resolver el conflicto», explicó. El grueso del equipo se ha refugiado en la capital Mogadiscio y la organización no descarta tener que realizar traslados a Nairobi (Kenia) si la situación no mejora.

Territorio de caza

La presidenta de MSF puntualizó que incidentes como éste «contribuyen a disminuir» el acceso a las poblaciones más vulnerables, y en este caso, matizó, «a aumentar el sufrimiento de la población somalí». Una idea compartida por el Representante Especial para Somalia de la ONU, Ahmedou Ould-Abdallah, quien reclamó también la liberación de las dos secuestradas. En un comunicado Ould-Abdallah subrayó que el rapto de las dos trabajadoras humanitarias «no ayuda a la causa de la paz», por lo que exigió la liberación de ambas de forma incondicional.

El secuestro de la española y de la argentina se produjo 48 horas después de la liberación del periodista francés Gwen Le Gouil, que permaneció ocho días secuestrado en la región. Sus secuestradores fueron milicianos de uno de los clanes de la ciudad que reclamaron un rescate. El lunes, las autoridades del país afirmaron que la liberación del periodista se produjo sin que se pagase rescate alguno.

Al comentar el secuestro, la organización de defensa de los periodistas Reporteros Sin Fronteras dijo que «este episodio inquietante prueba que la región de Puntland se ha convertido en un territorio de caza para bandas de secuestradores, que han hecho del rapto y del pirateo un comercio». Puntland, y especialmente Bosasso, sirven de base a los traficantes que organizan el paso de inmigrantes hacia Yemen. Los piratas que atacan a los barcos mercantes que navegan frente a las costas somalíes, también se encuentran en esta región.