Subirán las fianzas para afrontar los daños del paso de camiones por Intramuros

El Ayuntamiento de Cádiz incrementará la fianza que le pide a los promotores de obras para hacer frente a los desperfectos que pueden causar los camiones a su paso por el casco antiguo, según ha confirmado el concejal de Urbanismo, José Loaiza. El equipo de Gobierno acaba de terminar un protocolo para tratar de conciliar los intereses de constructores y promotores, por una parte, y vecinos, comerciantes del casco antiguo y el Ayuntamiento, que es el que tiene que hacerse cargo del deterioro de la vía pública.

Los constructores y promotores, que no dan por cerrada la negociación, consideran sin embargo que la propuesta enviada por el Ayuntamiento es «insuficiente» para sus pretensiones, en palabras del vicepresidente de la asociación que agrupa a ambos gremios, Emilio Corbacho.

No están de acuerdo tampoco con la obligatoriedad de realizar dos reportajes fotográficos -uno antes de comenzar la obra y otro cuando se termine- porque consideran que en el lapso de tiempo que duran las obras no todos los desperfectos que sufran la solería o cualquier esquina son atribuibles a los camiones que trabajan para un constructor. «Puede deberse a un tercero, porque sólo porque se demuestre que ha habido un cambio no significa que éste sea imputable a los que realizan la obra», considera Corbacho y agrega: «Ese supuesto quiebra el principio de causalidad», la ley según la cual a una acción determinada le sucede siempre un efecto. «Para nosotros -subrayó- esos reportajes fotográficos son inútiles».

La Asociación de Vecinos Cádiz Centro también está de acuerdo en que resulta difícil detectar quién es el culpable de los daños que se ocasionen al patrimonio municipal, pero están satisfechos con el incremento de las fianzas anunciado. «Debe pagar los desperfectos el que los ha hecho», concreta Francisco Gómez, de Cádiz Centro.

En la reunión que se celebró hace unos meses entre la alcaldesa y el teniente de alcalde Loaiza con la asociación de promotores y constructores, éstos también solicitaron unificar las dos fianzas que se pide a los empresarios al comenzar un proyecto: la que está ligada a la licencia de obras que concede el Ayuntamiento y la estipulada para garantizar la responsabilidad en el transporte y descarga del material.

Por el momento, el equipo de Gobierno mantiene que sean pagos diferenciados y éste es otro de los asuntos que separan a las autoridades municipales de los empresarios del ramo.

En cuanto a la cuantía, ésta dependerá del volumen de la obra y del tiempo que se tarde en ejecutarla, entre otros factores. Algunos de los constructores se han quejado de que estas reservas de dinero son demasiado elevadas y también que no se devuelven con toda la celeridad que sería deseable.

De todas las formas, los empresarios tienen depositada su confianza en que seguirán negociando con el Ayuntamiento. «Queremos ser oídos», dijo con firmeza el vicepresidente de la asociación.

Muchas de las protestas de vecinos y comerciantes tienen su origen en las calles del centro. «La solería de la calle Ancha se rompe cada vez que pasa un camión», explica el edil de Urbanismo. Sucede lo mismo con otras calles peatonales del entorno de la Catedral.

En otros casos, el problema está en la estrechez de la vía, como sucede en Santa María, uno de los barrios que más obras registra en la actualidad. Y también hay dificultades cuando el camión es de gran tonelaje y choca con algunos balcones, como en la calle General Luque, donde los vecinos ya han optado por dejar carteles advirtiendo a los camioneros que pasan por allí de la posibilidad de llevarse por delante las galerías.

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