LOS KENNEDY. De izquierda a derecha, Robert, Ted y John. / AP
MUNDO

La saga maldita de los Kennedy

Los más veteranos corresponsales destacados en Washington coinciden en que siempre hubo noticia sobre las numerosas indiscreciones sexuales de John F. Kennedy. Pero en aquella época, las historias de cintura para abajo de los ocupantes de la Casa Blanca no eran del dominio público.

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Pero es una discreción que no ha superado el paso del tiempo. Ya que historiadores y periodistas han terminado por convertir las múltiples relaciones extramatrimoniales de John Fitzgerald en parte de la leyenda de los Kennedy, dentro de una tradición de deslices inaugurada por el patriarca Joe.

En el la biografía An Unfinished Life, el prestigioso historiador Robert Dallek relata cómo el presidente asesinado afirmó durante la boda de su hermano Ted que la fidelidad no era un requisito matrimonial.

Claro que tampoco el propio Ted, ni su otro hermano Robert quedaron al margen de los escándalos sexuales. Aunque es bien cierto que el ex fiscal general, también asesinado cuando hacía campaña presidencial en 1968, fue bastante más discreto que el resto de sus familiares masculinos en cuanto a aventuras de faldas se refiere. Y es que no hay que olvidar que, Ted, el longevo senador por Massachusetts, se vio envuelto en un turbio asunto cuando el coche en el que viajaba con su secretaria tras una supuesta aventura tuvo un accidente en el río Chapaquidick que acabó con la joven muerta.