Melanie Delloye Betancourt pide la liberación de su madre Ingrid durante un acto sobre los derechos humanos en París. / AP
MUNDO

Las FARC pasan por encima de Uribe

La propuesta francesa para acoger guerrilleros y la próxima entrega de cautivos a Chávez dejan fuera de juego al presidente colombiano

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El Gobierno francés celebró el anuncio sorpresa por parte de las FARC de la liberación incondicional de Clara Rojas, su hijo Emmanuel y la ex diputada Consuelo González, y se ofreció acoger a guerrilleros mediante un posible acuerdo humanitario. Sin embargo, París también pidió al presidente colombiano, Álvaro Uribe, que no haga nada que pueda impedir que las rehenes pasen las navidades en casa o que retrase la anhelada puesta en libertad de la ex candidata francocolombiana Ingrid Betancourt.

También los familiares de los secuestrados pidieron a Uribe responder al gesto de la guerrilla. Además, la denuncia de la senadora Piedad Córdoba de que un alto funcionario gubernamental habría dado «la orden de asesinarme», fue otro elemento más para colocar al mandatario entre la espada y la pared.

Córdoba precisó que «podrían hacerme un atentado en Caracas». Y añadió: «No solamente a mí, sino a mis asesores también. Han ocurrido cosas muy delicadas. Por ejemplo, a uno de ellos le enviaron una nota de pésame en España diciéndole que había muerto su papá», dijo. Tras la revelación, el ministro del Interior y Justicia, Carlos Holguín Sardi, se mostró «aterrado». «Es una denuncia tan grave que lo único que yo le pediría a Piedad es que la formalice ante las autoridades judiciales», añadió.

Mientras, el presidente galo, Nicolás Sarkozy, expresó su alegría por el anuncio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y dijo confiar en que se «active» un movimiento que lleve a la liberación de Betancourt «y de todo rehén cuyo estado de salud justificase un gesto humanitario inmediato».

Su colega venezolano, Hugo Chávez, cuya mediación y la de Córdoba fue cancelada por Uribe, denunció desde Montevideo que «el Gobierno de Colombia no quiere el acuerdo humanitario, no quiere paz». Y fue aún más lejos al calificar a Uribe como «una marioneta del imperio».

Bogotá inicialmente puso en duda «la veracidad» del comunicado de las FARC en el que anunciaban la próxima liberación de las mujeres y el niño. Después, el comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, afirmó que Bogotá «ve con buenos ojos» el «gesto unilateral de las FARC», pero pidió a Chávez moderar «su lenguaje y sus declaraciones, y que no ofenda más la dignidad del presidente y de la República de Colombia».

Camino a seguir

Sin embargo, Restrepo reconoció que «ese es un camino que se puede seguir abriendo. Siempre las liberaciones unilaterales son bienvenidas y si es un gesto de las FARC con el presidente Chávez nosotros lo recibimos con beneplácito». De todas formas, se negó a la petición de 'despejar' los municipios de La Florida y Pradera, como quiere la guerrilla. Es un tema «cerrado», manifestó rotundo el comisionado.

La posición del Ejecutivo colombiano es complicada porque las familias confían en la gestión de la senadora opositora y del líder bolivariano a quien pidieron expresamente seguir trabajando para la liberación, en principio, de todos los 45 'canjeables', entre ellos políticos, militares y soldados con más de diez años en poder de las FARC.

Según el diario 'El Tiempo', los cautivos estarían «fuera del anillo de seguridad de las FARC». Por su parte Chávez, aseguró que «tenía varias alternativas» para garantizar la seguridad de los rehenes, algo que precisó no era fácil porque «están en el corazón de la selva». El comunicado de la guerrilla precisaba que los entregarían a Chávez o «a quien él designe, en circunstancias tales que se eviten bajezas uribistas como las sucedidas con las pruebas de vida».

Ayer, 'Raúl Reyes', portavoz y segundo hombre del grupo armado publicaba una carta en Internet arremetiendo contra Uribe. Decía que será recordado por «mafioso, paramilitar, bufón, grosero, calumniador y mentiroso» y que su «renuncia inmediata» y la de su Gobierno «garantizaría la liberación con vida de los prisioneros mediante la firma del acuerdo humanitario».