MIRADAS AL ALMA

Medalla ¿de las bellas artes?

JEREZ Actualizado: Guardar
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iertamente, siempre creí que eso de los premios tiene tan poco valor sentimental como el humo. Para muchos, los premios son la sal de la vida, ese pedigrí que se enmarcan en la solapa. Todo en la vida, todo, sólo tiene el valor que cada uno le dé, hasta el dinero. Todos los años se conceden medallas de las Bellas Artes a profesionales y artistas de toda índole cultural. Un mérito ganado a pulso por una trayectoria brillante que se ve reconocida de manos incluso de la Casa Real. El toreo es una de esas bellas artes, la cual, año tras año se ve reconocida, y es gracias a algunos artistas que ha dado la historia, como así nos lo mostraron Belmonte, Cagancho, Ordóñez, Bienvenida, El Viti, Vázquez, Romero, Paula... No entiendo entonces cómo y por qué se le concede este distintivo a toreros que no conciben el toreo como tal arte. Toreros que sí son profesionales, valerosos, grandísimos lidiadores, incluso brillantes; pero no artistas, pues el arte es otra cosa. A esas figuras del toreo que estos últimos años han recibido dicha medalla, se les podrá conceder todos los méritos del mundo, pues son figuras del toreo, pero no artistas, y esta medalla se engalana y regocija con el título de «Bellas Artes». El toreo lo es, pero no así todas las figuras, pues, como en toda profesión, unos pocos son artistas y otros muchos, profesionales. Más mérito y sentido tendrían los premios si no se concedieran cuando no existan valedores. Hoy se concede de todo a todos, lo cual me confirma que cualquier premio es tan solo una anécdota, una miseria. El único premio del toreo queda en el corazón y en el recuerdo del buen aficionado. Dar premios por dar es, además de un desperdicio, un desprestigio. En definitiva, las distinciones sólo las marcan las sensaciones e intuiciones interiores.