EL FORO

Feminismo radical

Hombres y mujeres no somos iguales, por naturaleza. ¿Vaya! He dicho algo políticamente incorrecto, ¿no? Aunque me parece una verdad incuestionable. Sí está claro que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones, al menos en la sociedad occidental, supuestamente desarrollada y culta. En todo el mundo se debe imponer esta igualdad y desterrar el machismo, imperante aún en numerosos países por causas religiosas o culturales. Es evidente que en nuestro país todavía queda por hacer para que la mujer tenga el mismo status profesional y social que el hombre. Pero también es evidente que la llamada discriminación positiva, favorecer a la mujer por el simple hecho de serlo, es una soberana estupidez. El criterio sexual no debe contar para elegir a alguien para el desempeño de una labor. El que debe prevalecer siempre es el criterio de la eficacia, de la capacidad, del talento, de la responsabilidad. Lo de imponer cuotas femeninas es una chorrada. La única cuota razonable es la asignada a las personas con discapacidad física.

JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los extremos no se tocan y son malos. Pésimo es el machismo, que forma parte de nuestra historia y nuestra cultura. Pero también lo es el feminismo exacerbado. En muchas ocasiones observamos en expresiones escritas y habladas que se añade el genero femenino sin necesidad, sólo para ser "políticamente correcto", y evitar el enfado de las feministas. ¿Ya está bien de chorradas! El yugo cultural que pesa sobre la mujer no es un invento pero las mujeres ya no viven en la opresión, ni en la sumisión, ni en el limbo. Las defensoras de los derechos de la mujer llegan a situaciones ridículas. La última ha sido criticar por sexista y denigrante un calendario de una línea aérea. Todo porque las azafatas han decidido líbremente posar en bikini. Lo ha denunciado la asociación de consumidores Facua, con el respaldo del Instituto de la Mujer. Los jefes de Ryanair son muy listos. Sabían que el efecto publicitario se multiplicaría gracias a las pamplinas de los atentos guardianes de la moral y de los derechos de la mujer.