«Los hijos no salen como los espárragos, los padres son responsables de formarlos»

Javier Urra habla pausada y razonadamente de los problemas y peligros que acechan a los niños españoles. Urra fue el primer Defensor del Menor con el que contó el país, exactamente entre 1996 y 2001, lo que unido a su experiencia como psicólogo forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid le convierte en uno de los profesionales más capacitados para diseccionar la lógica preocupación de padres constantemente bombardeados con pésimas noticias sobre el comportamiento de los jóvenes.

Será por ello, que lo primero que hizo Urra en su intervención ofrecida ayer en el centro de promoción ciudadana El Puntal fue reafirmarse en su certeza de que los seres humanos son buenos por naturaleza y que los problemas de los menores conflictivos tienen solución. «La gente es buena gente si le dan la oportunidad de serlo. Pero tienen que tener la libertad de decidir. Decirle a un chaval que no se drogue, más en una zona con bastante paro como es Cádiz, es una tontería, pero advertirle de lo que se juega y que sólo él tiene la oportunidad de decidir qué hacer con su cuerpo sí es importante. Los padres tienen que tener claro que los hijos no salen como los espárragos, sino que los padres son responsables de formarlos», aseguró Urra.

El primer Defensor del Menor abogó también por la prevención educativa como forma de resolver los problemas y no judicializar a los menores. «Fui uno de los que redactaron la famosa Ley de Responsabilidad Penal del Menor y tengo que reconocer que el asesinato en San Fernando de Clara García, que sucedió por la misma época que se aprobó, fue muy perjudicial para el nacimiento de la ley. Con los menores hay que ser duros, pero no puede ser que en Andalucía hayan aumentado en un 18% los juicios a menores. Ese no es el camino», dijo Urra.

Recomendaciones

Entre las recomendaciones expuestas ayer por este navarro especialista en menores se encuentra la idea de sacar a los niños de casa para que se relacionen con otros niños. «Aconsejo que los apunten a campamentos para que los niños aprendan a compartir y relacionarse. Los hijos pueden ser únicos, pero nunca solos. También los padres y maestros tienen que vincularse con ellos, hablarles, que haya roce. Los hijos no salen como los espárragos, hay que formarlos y enseñarles a manejarse con el lenguaje y en los momentos de duda».

Urra pidió atención a un dato poco conocido: «los suicidios en España han aumentado un 5% de una generación a otra y eso no es culpa de los medios de comunicación porque les pedimos que saquen suicidios en los medios y no lo hacen. Lo que me lleva a la idea de que hay que fomentar la lectura de varios periódicos para ampliar sus miras».

Los vecinos de Puntales congregados para escuchar a Urra agradecieron otra serie de recomendaciones para mejorar la actitud de los más pequeños. «A los niños no se les puede esconder la muerte. Sería bueno que los padres llevaran a sus hijos a un hospital algún día, sobre todo un hospital de niños, y que sacaran sus propias conclusiones, sólo hablándoles para contestar a sus preguntas. Esta actividad les haría menos egoístas».

Urra también advirtió sobre los riesgos de funcionar como «padres cajeros» (sólo requeridos para pedirles dinero), «padres light» (que dejan hacer a sus hijos todo lo que quieran) y «padres missing» (que nunca están en casa). «Hay que ser padres, no colegas de los hijos. A veces hay que chocar con ellos, pero hay que inculcarles un sentimiento de responsabilidad y estar pendientes de que hacen. Por ejemplo, hay videojuegos muy buenos, pero también otros muy perversos y hay que estar atentos a los que hacen los hijos».

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