OFICIO. Alfredo Landa. / L. V.
ALFREDO LANDA ACTOR

«Entro y salgo del cine español por la puerta grande»

Feliz, sin sombras ni resentimientos y con un total desencuentro con José Luis Garci, el director con el que más veces ha trabajado y con el que ha hecho su última película, Luz de domingo. Así se retira Alfredo Landa, veterano actor al que la Academia de Cine de España entregará el Goya de Honor en la que será la XXII edición de estos premios.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Landa ve reconocida su extensa e intensa carrera con este galardón que recibirá el primer fin de semana de febrero de 2008. Todavía no se sabe quien le entregará el trofeo, pero seguro que no será José Luis Garci, cineasta al que el actor navarro ha defendido durante muchos años con el que ahora no tiene relación y, según sus palabras, él es el primer sorprendido por esta situación. «No sé quien me lo dará. No digo ningún nombre porque eso sería hacer de menos a muchos amigos. ¿Garci? Antes, loco».

Lo cierto es que Landa está feliz con este Goya de Honor que se suma a los otros dos que ya tiene como mejor intérprete por El bosque animado y La marrana. «Este Goya es acojonante. Mi retirada no puede ser más bonita. Entré al cine por la puerta grande con Atraco a las 3 y salgo también por ella con esta estatuilla. Además, estoy muy ilusionado porque, aunque Luz de domingo no ha ido bien en taquilla y yo sé quien tiene la culpa, mi trabajo es excelente, y alguno me ha dicho que podría tener el Goya al mejor actor. Y yo me preguntó ¿por qué no? Sería la pera limonera».

Más campechano y simpático que nunca en el encuentro que mantuvo con varios medios, el que encarnó al prototipo del español medio en la década de los sesenta, imagen de la que se siente «muy orgulloso y que siempre hice con limpieza porque, aunque siempre intentaba ligar, nunca me acostaba con nadie», Landa, de 74 años, se despidió de la que ha sido su profesión durante 49 años el pasado marzo. Fue después de rodar Luz de domingo cuando se dio cuenta que la pasión e ilusión por hacer cine había desaparecido.

El adiós

«Sin pasión no merece la pena seguir. Lo pensé mucho...No sé por qué se fue, supongo que porque todo tiene un principio y un final. Me acordé cuando mi amigo Miguel Induráin dijo adiós al ciclismo y me doy pena. Luego, pensé en lo inteligente y gran profesional que era. Se fue en el momento justo, con alegría».

El siguiente paso fue comunicárselo a su mujer, Maite, con la que lleva casado 47 años. «Es mi 50%. Me miró y lo único que me dijo fue ¿olé!». Avisa que se va para siempre, que no hay vuelta atrás, que ya no es cómico, oficio que eligió con 15 años, cuando subió al escenario en una función de Muñoz Seca y el público le brindó tres minutos de aplausos.