CONCENTRACIÓN. Exigen mejoras laborales en las prisiones. / C. L.
EL PUERTO

Los funcionarios denuncian que la masificación de Puerto II facilita las agresiones de los presos

Los sindicatos se concentraron ayer frente a los penales Subrayan que falta personal para atener a los reclusos

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Los funcionarios de las prisiones de Puerto II y Puerto III se concentraron ayer ante las puertas de ambos centros para pedir la dimisión de la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Uno de los principales aspectos que denuncian los trabajadores es «el hacinamiento de las cárceles». En el caso concreto de Puerto II, según denuncian los funcionarios, hace unos meses llegaron a vivirse situaciones críticas en las que algunos reclusos atacaron a los funcionarios.

Este centro tiene capacidad para 750 personas, y ha llegado a albergar a 1.200 internos, por lo que cada celda era ocupada por tres presos, lo que provocaba alguno de ellos tuviera que dormir en el suelo. Esta situación, según admite el delegado de Acaip en El Puerto, Juan Carlos Civila, se ha visto aliviada con la apertura de Puerto III, aunque aún se sigue rebasando el límite en 100 presos, ya que hay unos 850, a lo que hay que sumar un desfase de 25 funcionarios de una Relación de Puestos de Trabajo, «ya escasa», según los sindicatos.

En el caso concreto de Puerto III, en sólo seis meses han internado a 1.000 presos, por lo que el personal teme que el año que viene el número ascienda hasta los 2.000, provocándose, por tanto, situaciones críticas. Este nuevo centro tiene una capacidad máxima para 1.100 reclusos, y aumentar esta cifra, según Ángel Ruiz Perea, delegado del sindicato CSI-CSIF, «supone acabar con el tratamiento individualizado establecido por la ley».

Además, los funcionarios denuncian que «existe una notable falta de personal». En estos momentos, 480 funcionarios atienden las instalaciones del nuevo centro, pero temen que la cifra de trabajadores no aumente en la misma proporción que los internamientos. Además, Ruiz denuncia que con el personal con el que cuentan no pueden llevar a cabo la clasificación interna de los reclusos. Y es que los funcionarios no tienen tiempo para realizar un estudio de las características de cada interno y dividirlos en la prisión adecuadamente, «algo que perjudica la correcta evolución de los presos».

Estas dos variables, falta de personal y hacinamiento, es lo que más preocupa a los funcionarios que ayer se concentraron ante la puerta de las prisiones, ya que insisten en que «es lo que provoca que se produzcan agresiones en las cárceles como ha ocurrido en Picassent», y es que aseguran que «los presos detectan esta falta de personal y saben que tienen más libertad para saltarse las normas».

elpuerto@lavozdigital.es