ENSERES. Un camión de mudanza trasladó ayer los objetos personales de los vecinos afectados por el derrumbe del pasado martes. / T. S.
Jerez

Los técnicos de la GMU inspeccionaron en dos ocasiones el inmueble derrumbado

Urbanismo admite que los vecinos denunciaron la situación y pide perdón Las familias afectadas recogieron ayer varios efectos personales de la casa

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La GMU remitió ayer un comunicado a los medios mediante el cual se pedían disculpas públicas a los vecinos de la calle Lealas ya que el pasado martes, tras el desplome de la segunda planta de la vivienda número 19, este área municipal, encabezada por su delegado, Juan Pedro Crisol, negó que los vecinos hubieran presentado alguna denuncia en la Gerencia relacionada con el delicado estado en el que se encontraba este inmueble de la calle Lealas.

De esta forma, la Gerencia asegura que este «error involuntario» ha sido fruto de una equivocación al «revisar la documentación de los archivos de la GMU». Con ello, desde la institución municipal se especifica que «los técnicos llegaron a inspeccionar hasta en dos ocasiones el inmueble en marzo de 2006 sin detectar ningún riesgo de derrumbe».

La primera de estas inspecciones tuvo lugar el 9 de marzo de 2006 «a requerimiento del señor José Antonio Atienza», mientras que la segunda fue el 20 de ese mismo mes. Ésta última se llevó a cabo dentro de una actuación organizada por la propia GMU en el casco histórico para detectar las edificaciones en mal estado.

A pesar de ello, «cabe destacar que en el momento en el que se realizaron las inspecciones, el número 17 de la calle Lealas, finca colindante a la siniestrada, no era objeto de ninguna obra», como se indicó ayer. No obstante, fue a finales del verano de 2007 cuando comienzan las mejoras en el número 17, que provocaron la demolición de la parte trasera de este edificio, «cuyos muros eran mediaderos con la casa número 19».

Tras ello, y con el susto aún en el cuerpo y sin muchas ganas de hablar, se acercaron ayer hasta la calle Lealas algunos de los vecinos que hasta el pasado martes habitaban en el número 19 de esta céntrica vía. A lo largo de la mañana pudieron sacar algunos de sus objetos personales, así como todos aquellos enseres «aún servibles» tras el derrumbe de la segunda planta de la finca. De hecho, hasta la zona se acercaron los operarios de una empresa de mudanza que facilitaron notablemente la labor, además de varios técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) que comprobaron in situ la situación en la que había quedado el inmueble.

Los empleados municipales, además de comenzar los trabajos para detectar el origen del derrumbe -aunque todo hace indicar que las obras que se están llevando a cabo en el solar contiguo han provocado el incidente- se encargaron de verificar que el muro medianero entre el número 19 de la calle Lealas y el 15 se encontraba perfectamente apuntalado. Una medida que es «de carácter preventiva» como indicaron desde la propia GMU.

Un hecho que los residentes del número 15 desconocían ya que «en esta casa no ha entrado ningún trabajador del Ayuntamiento. Aquí no tenemos nada apuntalado». Por ello, la falta de información de estos jerezanos «nos causa cierta preocupación. Estas son casas muy antiguas y aunque aparentemente ésta parece estar muy bien estamos algo intranquilos», comentó a este medio una de las tres inquilinas que quedan en esta finca.

Mientras que en la barrio se comenta una y otra vez que «tarde o temprano esto iba a pasar», ya que «el estado del número 19 era muy malo», las familias que han perdido su vivienda tras el derrumbe siguen alojadas en un céntrico hotel de forma indefinida. En él llevan dos noches y aguardan a que desde la Delegación Provincial de Obras Públicas se les asigne una vivienda de titularidad pública donde vivir. Y es que hay que tener en cuenta que las obras que han podido provocar el siniestro se están ejecutando al amparo de la Oficina de Rehabilitación del entorno de San Mateo-Santiago de la Junta de Andalucía.