«Lo ideal es el equilibrio entre obreros y jugones »

-¿Cómo le surgió la posibilidad de dar el salto de los terrenos de juego a los banquillos?

-Siento auténtica pasión por el fútbol y desde que comencé a jugarlo ya nunca me he separado de él. Cuando me retiré me surgió la posibilidad de convertirme en el segundo de Manolo Rueda en el Puerto Real, una aventura que me ilusionó desde un primer instante.

-¿Qué cualidades debe de reunir para usted un buen entrenador?

-En mi opinión para dirigir a un conjunto hay que ser un apasionado de este deporte. Por un lado hay que esforzarse para tener el mejor trato con tus futbolistas y por otro trabajar al máximo para planificar cada temporada de manera que tu equipo pueda afrontarla en las mejores condiciones posibles.

-¿Y qué hay que tener más en cuenta cuando el equipo que se dirige es un filial?

-Con un equipo de chavales es fundamental cuidar al máximo su formación, corrigiendo las carencias futbolísticas que puedan tener y esforzándote para que disfruten de la posibilidad de dar el salto al primer equipo. En este sentido quiero destacar que tan importantes es que enseñemos a los chicos a jugar al fútbol como valores humanos que puedan convertirles en mejores personas.

-¿Cómo afrontan esta temporada en el Puerto Real B?

-Estamos recién ascendidos a Primera Provincial y en esta primera vuelta hemos pagado los platos rotos, pero seguro que vamos a tirar para arriba. El club está haciendo un gran trabajo a todos los niveles y espero que la afición siga apoyándomos como hasta ahora para alcanzar todos juntos las metas más altas.

-Un debate que está muy de moda, ¿obreros o jugones?

-Hay que buscar el equilibrio entre ambos. En el fútbol una cosa no puede funcionar sin la otra.

-¿Qué perspectivas tiene de futuro?

-Estoy muy a gusto en el Puerto Real B pero eso no quita que no quiera seguir creciendo en un futuro. No tengo miedo a asumir mayores retos.