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XXV Años

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n sentimiento inexplicable. Una fuerza inigualable». Así rezaba el domingo, una pancarta novedosa que colgaba en fondo sur, recordando el aniversario de la creación de las Brigadas Amarillas. Parece mentira como corre el tiempo. Yo nunca he pertenecido activamente a este colectivo, aunque emocionalmente siempre me he sentido muy unido a ellos. No sé cuantos quedaran de sus fundadores, supongo que no muchos, pues éstos estarán rondando mi edad, y como yo, estarán más calmados. A todos ellos, felicidades. Recuerdo como si fuera ayer sus comienzos. En ese mismo sitio, fondo sur, su territorio natural. Unos comienzos un tanto turbios, un tanto violentos. Pero en esa época todo estos grupos se basaban en la violencia, no es excusarlos, es lo que es. Lo que más llamaba la atención en el resto de España es que eran el primer grupo ultra, que usaba símbolos izquierdistas, el resto siempre tuvo una tendencia fascista, lo que les otorgó cierto punto de originalidad. Según pasaban los años se fue transformando y aquella violencia dio paso a la creatividad, más que nada como forma de financiación. Curiosamente es en esta época donde reciben más ataques desde la prensa local. Achacándoles casi todos los males del mundo y pidiendo la expulsión casi a diario de este grupo del estadio. Creo que todo esto provocado por el temor que algunos tenían ante la creación de otra vía de información que no se podía ni manipular ni controlar. Demostrando que es más peligroso lo que se escribe que lo que se grita. Ahora mismo están mejor considerados y sus opiniones tienen cierto peso, y aunque algunas parezcan dirigidas desde el club, yo me alegro. Lo cierto es que ahí están, y creo que son necesarios. Pues ellos son los que se encargan de que no se apague la llama del cadismo. Así que señores brigadistas, enhorabuena y como ustedes decís: Hasta la victoria final.