A LA ESPERA. Los familiares de la fallecida esperan su turno para entrar en el juicio. / J. C. CORCHADO
Jerez

Visto para sentencia el juicio por el atropello mortal de La Plata

El acusado pidió perdón a la familia de la fallecida y los hijos de Antonia de la Cruz quieren un endurecimiento de las penas por delitos de tráfico La acusación ratificó ante el juez la solicitud de ocho años de prisión

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Más de cinco horas de audiencia y 20 testimonios hicieron falta ayer para que el juez decretara el caso del atropello mortal ocurrido en La Plata hace tres años visto para sentencia. El acusado -D. M. L.-, cuatro testigos presenciales, ocho agentes de la Policía Local, un perito experto en reconstrucción de accidentes, los tres hijos y el nieto de la víctima y un hermano del acusado relataron lo que sabían de lo ocurrido aquel fatídico 10 de junio en que Antonia de la Cruz perdía la vida en el asfalto.

La acusación -encomendada al abogado José Luis Ortiz Miranda- ratificó ante el juez la petición de ocho años de prisión por la imputación de dos delitos: presunto homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro. Por su parte, el abogado defensor, Pedro J. Pérez, solicitó la libre absolución y, en todo caso, una sanción administrativa de 30 días a seis euros diarios y la retirada del permiso de conducir al acusado durante tres meses (el día del accidente no tenía permiso pero lo obtuvo poco después).

La sombra del caso Farruquito planeó durante todo el juicio. Según la acusación particular «hay siete u ocho coincidencias» entre los dos atropellos: «Con el debido respeto -argumentó el letrado tras la vista- se trata de un chico joven, de etnia gitana, que comete un atropello, deja a la víctima agonizando, se da a la fuga corriendo, no se identifica a los testigos, no tiene carné de conducir, no tiene seguro e intenta ocultar el delito». El abogado apuntó además que «hubiera sido mejor contar con un jurado popular porque los ciudadanos están cada vez más concienciados».

La velocidad y los frenos

La velocidad y una deficiencia en el sistema de frenado indicada en un informe de la Inspección Técnica de Vehículos unos días antes del accidente -además de el hecho de que el acusado saliera corriendo tras el atropello- centraron la vista de ayer. A última hora de la mañana, el perito Fernando Escobar argumentó que un desequilibrio en el eje de las ruedas «hubiera supuesto, de cara a la velocidad, una disminución de velocidad que sumada a la mínima que hemos determinado, significaría que el coche habría ido a más velocidad todavía de lo determinado».

El perito hizo una clara exposición de la velocidad del coche en las distintas secuencias del accidente. Así, el vehículo habría circulado a casi 90 kilómetros por hora en la curva anterior al paso de peatones, a 84 en el momento de que las ruedas derechas impactar con el bordillo y a 76 en el contacto con la víctima, que salió desplazada a ocho metros de distancia.

Los familiares y la acusación se mostraron satisfechos con el transcurso del juicio porque «se ha visto que carecían de argumentos», según uno de los hijos de Antonia de la Cruz, Andrés Valle. «Él cometió una imprudencia y lo tienen que pagar», argumentó. Tras la recogida de firmas que ha protagonizado la familia para solicitar un endurecimiento de las penas por delitos de tráfico, Valle explicó que «ocho años por matar a mi madre, el máximo, es irrisorio. ¿Ocho años y he perdido a mi madre?? Ni 88». Después de escuchar al acusado pedirles perdón por lo ocurrido, Valle se emocionó al recordar a Antonia: «Que lo perdone el diablo».

vmontero@lavozdigital.es