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Francia afronta hoy una nueva huelga de transportes indefinida

El presidente galo reitera que no cederá en un pulso clave para probar su voluntad reformista

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Se sabe cuando empieza: a las 20.00 horas de hoy en los trenes. Pero no se tiene ni idea de cuando va a terminar. La duración es la principal incógnita de la huelga indefinida contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones convocada por casi todos los sindicatos en Francia. El jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, reiteró ayer que no piensa ceder en un asunto clave para probar su voluntad de cambio y modernización de la sociedad.

La compañía estatal ferroviaria SNCF prevé que sólo circulen 90 trenes de alta velocidad frente a los 700 de una jornada normal. En la red de cercanías de París el tráfico oscilará entre uno y cuatro convoyes a la hora, lo que significa que la mitad de las líneas quedarán totalmente paralizada.

Si difícil será venir a trabajar a la capital, los desplazamientos en el centro urbano se anuncian imposibles. La compañía de transportes públicos de París ha advertido que mañana únicamente circulará una décima parte de los metros, autobuses y tranvías. En contraste, la patronal no contempla paros en las capitales de provincias, ya que no les afectan los planes gubernamentales. En lo que refiere a los trenes nocturnos Elipsos que circulan entre Francia y España, no funcionarán desde hoy hasta el jueves.

Prórroga

El Ejecutivo conservador teme que, de prórroga en prórroga, la huelga se solape con la jornada de movilización convocada para el martes de la próxima semana por los sindicatos de funcionarios. De hecho, los coletazos del ensayo general organizado en el transporte el pasado 18 de octubre ya duraron cinco días.

Ahora los estudiantes anarquistas y de extrema izquierda, en lucha contra la ley de autonomía universitaria, echan leña al fuego de la protesta con llamamientos a bloquear las estaciones de tren desde esta tarde. Además convocan paros otros sectores afectados por la reforma como los empleados de las compañías eléctrica EDF y gasista GDF, la Opera de París o la Comédie Française.

«La puerta del diálogo está abierta, pero estas reformas las haremos porque deben ser hechas», advirtió Sarkozy desde Berlín, donde recibió el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel. «Queremos hacer las mismas reformas que nuestros amigos alemanes, que ahora tienen un millón de parados menos y han equilibrado sus cuentas», destacó el presidente francés, quien enfatizó que «hemos sido elegidos para transformar Francia».