Estética en la rehabilitación

odas las ciudades de la parte rica del mundo que pueden presumir de piedras viejas aprendieron, hace lustros, a cubrir sus constantes obras de rehabilitación. Cualquiera que haya visitado Praga, Roma, Florencia, Berlín, Barcelona o Santiago ha podido caer en la cuenta de que los andamios frecuentes son cubiertos con lonas que disimulan la fealdad de los hierros con grandes montajes publicitarios o con reproducciones fotográficas de la fachada que se está reparando. Esta tendencia, lógica para atenuar el impacto visual de las necesarias y habituales obras en las ciudades con historia, ha tardado en llegar a Cádiz pero, por primera vez, parece plantearse con pragmatismo. Bien harían las partes implicadas en aceptarla y adaptarla a la ciudad.