TELEVISIÓN Y RADIO

'House' está deprimido

El cáustico médico de Cuatro dice sentirse «neurótico» y «ansioso». «Sólo me divertí las primeras semanas de rodaje»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El personaje ha terminado devorando del actor. Hugh Laurie, el cáustico médico de House (Cuatro), ha confesado en una reciente entrevista que padece depresión, de acuerdo con el diagnóstico de su terapeuta, y que está obsesionado por la intensidad del trabajo al que se ve sometido a causa de la serie. El éxito de la ficción estadounidense ha provocado que el actor británico esté demasiado tiempo alejado de su familia, cerca de cuatro años, por lo que ha determinado tomarse unas vacaciones y marcharse a Londres con los suyos. En una entrevista al diario británico The Sunday Telegraph, el actor reconoce que no puede «parar» ni «desconectar». «Siempre estoy pensando en la serie; me siento demasiado ansioso y neurótico, a la vez que convencido de que tengo que tomarme un descanso», confiesa.

De modo que dicho, y hecho. El intérprete se ha desplazado a Londres, su ciudad, y allí permanece estos días en compañía de su mujer, Jo Green, y sus tres hijos, para darse un respiro. Mientras, el rodaje de la exitosa serie de la Fox, que emite ahora en Estados Unidos su cuarta temporada, prosigue con las escenas en las que no interviene el actor. Aunque, claro está, la producción tampoco puede seguir mucho tiempo sin él, al tratarse del protagonista absoluto.

Síntomas claros

Laurie muestra síntomas de estar verdaderamente obcecado con su profesión. «Cada episodio que hago es un desastre, estoy convencido de ello. Llego a casa y mi cabeza está todo el tiempo dando vueltas a los errores que he cometido», lamenta. Por ello, explica que visita periódicamente a un psicólogo, que le ha diagnosticado ansiedad. Así las cosas, y aunque insiste una y otra vez en que no puede más con un papel que le exige trabajar catorce horas diarias (aunque bien retribuidas, pues gana poco más de 200.000 euros por capítulo), Laurie se contradice cuando asegura tener serias dudas sobre si su pesimismo es producto del tiempo dedicado a los rodajes.

«No creo en Dios -agrega en la misma entrevista-, pero sí tengo la idea de que hay alguien superior, que nuestro destino está marcado y que todo está decidido». Y es que su vida dio un giro radical hace tres años y medio, cuando después de una carrera correcta pero sin una destacada repercusión internacional grabó un piloto para la serie, al que siguieron casi de inmediato el rodaje de los primeros capítulos. «Cuando me mudé aquí no sabíamos lo que iba a pasar; en esta industria nunca se sabe, haces un piloto y no calculas la repercusión. Sólo me he divertido durante la tres primeras semanas. Ni en el mejor de mis sueños pensaba que iba a permanecer en Los Ángeles tres años y medio», sostiene.