CRÍTICA DE TV

Españolas

Hacía tiempo que no veíamos en competición simultánea cuatro series españolas y todas de nueva factura. Por orden de cuota de pantalla, lo que el martes teníamos delante era: en Antena 3, El síndrome de Ulises; en Telecinco, 'RIS Científica'; en TVE-1, Herederos y en Cuatro, Cuestión de sexo. El orden de prelación no es muy significativo, porque las tres primeras vienen a empatar en número de espectadores. Lo que más llama la atención en este paisaje es su fragmentación, indicio de una certidumbre: ninguna de estas series ha enganchado a un público mayoritario.

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Viéndolas se entiende: todas renquean. De Cuestión de sexo no opino porque sólo la he visto una vez (y lo que vi no me ha invitado a repetir), pero sobre las otras tres es perfectamente posible emitir opiniones fundadas. RIS, por ejemplo, tiene un problema que se llama José Coronado, un actor al que seguramente es posible sacarle buenas interpretaciones (lo vimos en La caja 507 de Enrique Urbizu), pero encontrárnoslo dando una charla de criminólogo es algo que supera la buena voluntad del espectador. En otro nivel, algo semejante se puede decir del papel que hace Miguel Ángel Muñoz en El síndrome de Ulises: hace falta una benevolencia sin límites para aceptar que este muchacho es médico.

Los productores han apostado por explotar el fenómeno fan en detrimento de la historia; eso puede salir bien o mal desde el punto de vista de la audiencia, pero es seguro que dará resultados penosos desde el punto de vista de la calidad. Y en cuanto al tercer título español del martes noche, Herederos, le pasa lo contrario que a los dos anteriores: no hay problema de interpretaciones, pero en los últimos episodios se empieza a percibir cierto problema narrativo. Están pasando demasiadas cosas y demasiado exageradas: a la mala (Concha Velasco) le descubren un cáncer, el niño les sale homosexual, el malo (Ginés García Millán) tiene unos espermatozoides rarísimos. Igual que en esas series de nueva hornada que llenan el guión de sorpresas para mantener al público durante la publicidad.