Insuficiente

a comparecencia del presidente Rodríguez Zapatero en sede parlamentaria para dar explicaciones sobre el caos ferroviario de Barcelona derivó en un toma y daca entre Ejecutivo y oposición, que reprodujo el intercambio de reproches de los últimos meses sin que se produjera un análisis riguroso de las causas que ha motivado las continuas carencias en servicios públicos esenciales. La sucesión de socavones y retrasos y la parálisis consiguiente en los trenes de Cercanías, que han alterado la vida cotidiana de miles de ciudadanos, obligaban al jefe del Gobierno a ser más explícito no sólo en la asunción de responsabilidades, sino, sobre todo, en la fijación de un calendario sobre la continuidad de las obras. Pero Rodríguez Zapatero no aclaró, en una intervención insuficiente, ni cuándo se restablecerán los servicios bloqueados, ni tampoco si mantiene la inauguración del AVE para el 21 de diciembre..