Cultura

Llegan los dinosaurios a la catedral G. C.

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o denominado como espacio escénico se refiere a cualquier lugar acotado para una representación ya sea de danza, teatro o cualquier otra disciplina que requiera de la transformación de un espacio físico real en uno acondicionado para recrear una ficción. Se trata de la posibilidad de entablar una convención entre intérpretes y espectadores. De este modo, cualquier artista de la escena puede proponer su particular lugar de creación. En el teatro de calle se trabaja especialmente con esta idea. El sábado, en la Plaza de la Catedral, asistimos a un espectacular cierre del FIT de la mano de la compañía catalana L'Avalot con su espectáculo Dinomaquia. Como su nombre indica, versaba sobre dinosaurios, concretamente sobre esqueletos de estas bestias que deambulan entre los sorprendidos espectadores que se ven obligados a interactuar desplazándose de un lado a otro pues los protagonistas dejaban, además, a su paso estelas y chispas de fuegos pirotécnicos. La compañía aprovechó muy bien la disposición de la Plaza de la Catedral y concretamente supo dar movilidad al público gracias a la utilización del rellano intermedio de las escalinatas en un recorrido que incluyó el Arco del Pópulo y posteriormente todo el centro de la plaza. Con música tecno que acompañaba los movimientos de los gigantes esqueletos, este Dinomaquia fue un espectáculo que se podía disfrutar tanto de cerca como a la distancia, lo que provocaba una estampa muy vistosa de la manada de esqueletos entre la multitud. Como era de esperar, la traca final fue impresionante y arrancó fuertes aplausos de un público satisfecho. Sin embargo, resaltaría un momento de la representación en el que los actores hicieron una sencilla pero impresionante coreografía con unos estandartes de simbología tribal quemándose a fuego vivo, consiguiendo así un momento mágico entre la enorme expectación de todos los asistentes. LA CRÍTICA