Droga en carretera

a nueva campaña de la Dirección General de Tráfico para tratar de reducir la siniestralidad provocada por conductores bajo los efectos del consumo de drogas abunda en la política de dureza promovida por las autoridades a fin de contener la sangría diaria en las carreteras españolas. El hecho de que en el 10% de los siniestros con víctimas mortales se detecte la presencia de sustancias psicotrópicas justifica, por sí mismo, la extensión de los controles de saliva y sangre para facilitar la localización de los automovilistas que, con su nociva actitud, puedan poner en riesgo su propia vida y la de otras personas. Pero dado que la aplicación más rigurosa del artículo 379 del Código Penal puede acarrear penas de tres a seis meses de prisión, resulta exigible que se extreme la fiabilidad de los instrumentos empleados para garantizar su eficacia y un castigo proporcionado a las circunstancias.