SIN NOMBRARSE. El ex vicepresidente de EE. UU. Al Gore respondió ayer desde Oviedo a la afirmación escéptica de Rajoy sobre el clima.
ESPAÑA

El debate sobre el clima se calienta

Al Gore y Mariano Rajoy mantienen la polémica sobre la gravedad del futuro de la Tierra

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A casi 500 kilómetros de distancia, Al Gore y Mariano Rajoy mantuvieron posiciones en el fuego de trincheras abierto por las dudas del líder del PP y de su primo físico sobre la gravedad de la crisis climática mundial. Uno en Oviedo , el otro en Madrid, sin nombrarse, se dieron leña dialéctica; educados pero sin florituras. El ex vicepresidente de los EE UU llegó ayer a la capital asturiana, donde recibirá hoy el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, y sentó cátedra.

Los humanos lanzamos a la atmósfera 70 millones de toneladas diarias de CO2 y «es estúpido -dijo- pensar que las emisiones no van a tener ningún efecto». Y mirando a Madrid, a los escépticos, recordó que aún hay quien sigue sin creer que la Tierra es redonda. Afortunadamente «no se les tiene en cuenta». En los micrófonos de la radio amiga, Rajoy devolvió el golpe. «Hay otros que no han firmado Kioto -el gobierno de Clinton y Gore no llegó a ratificar el protocolo antes de dejar la Casa Blanca- y ahora dan conferencias», zahirió.

El fragor de fondo no impidió que Al Gore fuera la estrella del día en las vísperas de la ceremonia de entrega de los premios. El flamante premio Nobel de la Paz llegó a Oviedo por la mañana y dosificó su tiempo como quien destila oro líquido. Primero, breve rueda de prensa, la primera en meses. Gore, antiguo reportero, sufre cierta alergia a quienes fueran sus colegas. Visto lo bien que se faja, resulta incomprensible. Luego, conferencia ante el público ovetense en el teatro Campoamor, sede de la ceremonia de hoy; una versión resumida de su célebre documental Una verdad incómoda que cosechó aplausos entusiastas. Las 775 entradas gratuitas se habían agotado el miércoles en dos horas.

En ambos foros Gore repitió su mensaje con convicción e ironía. El calentamiento de las temperaturas medias, el deshielo de los polos, la elevación del nivel del mar, los fenómenos climáticos extremos, la pérdida de biodiversidad... no son sujeto de ideologías políticas. Ni de derechas ni de izquierda. Constituyen una evidencia científica en primer lugar. Y son, después, una «cuestión ética» que obliga a las actuales generaciones a legar a sus hijos algo mejor que un planeta en ruinas.

Durante ocho años de vicepresidencia (1993-2001) «comprendí -dijo- las limitaciones de los políticos a la hora de afrontar problemas» como el cambio climático, incluso en una administración demócrata convencida. Así que no, no piensa volver a la liza electoral en su país, insistió, porque ve más útil trabajar por un cambio en la opinión pública de su país y que los ciudadanos empujen a los gobernantes a actuar para frenar el calentamiento global.

Controversias aparte, la desestabilización del clima ya tiene unas primeras víctimas claras. Quienes viven en latitudes heladas ven cómo los suelos de permafrost se derriten por el alza de las temperaturas y malogran casas e infraestructuras. Quienes viven en tierras bajas al borde del mar ven cómo éste se acerca más cada día. Y los habitantes de latitudes tropicales temen peores ciclones cada temporada. «Como los huracanes Emilio, Katrina, Wilma y Rita, que fue peor que el Katrina, pero los medios de comunicación no le prestaron atención porque a Paris Hilton le pasaba algo ese día y estaban ocupados», ironizó. Todos estos fenómenos han acuñado ya la figura del refugiado climático, que serán millones si no se actúa, alertó Gore .

Duelo de pilotos

Pero no todo es cambio climático en la capital del Principado. Más que con el pulso Gore-Rajoy, la mayoría de los oventenses vibraba ayer con el duelo de pilotos que se avecina. Michael Schumacher, el kaiser retirado de la Fórmula 1, llega hoy para recoger el Príncipe de Asturias del Deporte 2007. Fernando Alonso, doble campeón e ídolo local lo recibió en 2005 y se bañará este domingo en el cariño de sus paisanos,que le dispensarán un homenaje.

Antes, este miércoles, se presentó por sorpresa en los últimos preparativos de la exposición Fórmula Alonso Oviedo, donde se exhiben recuerdos personales y los trofeos que jalonan su carrera deportiva. Alonso llegó sin avisar quizá para reclamar un territorio que le pertenece. Por muchos heptacampeones que ronden, a pesar de una temporada aciaga y de vacío en McLaren, y aunque él mismo no sea un dechado de simpatía, Vetusta siempre será suya.