Francia se divide en torno a la memoria histórica de su resistencia al nazismo

Francia se dividió ayer en torno a la memoria histórica de la resistencia al nazismo, un capítulo de su pasado que aún escuece. La polémica esta vez fue originada por la lectura en los liceos, a iniciativa de Sarkozy, de la carta que el joven comunista Guy Môquet escribió a sus padres antes de ser fusilado por el ocupante alemán en octubre de 1941, a los 17 años.

Lo que debía ser una jornada de unión nacional, en torno al homenaje a un mártir antifascista, se transformó en un rosario de críticas, protestas y hasta boicoteos entre acusaciones mutuas de manipulación y partidismo. La pretendida lección de patriotismo insurgente, espíritu de sacrificio y resistencia a la ignominia fue una nueva ocasión para el cisma y el reparto de culpas.

Muchos profesores secundaron el llamamiento del SNES, principal sindicato de enseñanza media, a no leer la carta para rechazar «la instrumentalización del deber de memoria». «Para el docente y el investigador, las empresas memoriales pueden ser objeto de estudios históricos pero no ser la verdad histórica en sí misma», escribieron catorce profesores de Historia de Tours.

Los educadores contestatarios denunciaron la intervención del Elíseo en la organización pedagógica, criticaron lo que perciben como una recuperación de la historia y se interrogaron sobre el impacto en los adolescentes de una exaltación de la valentía ante la muerte sacada de su contexto. Otros comentaristas más pérfidos observaron que el conservador Sarkozy no dedicó ninguna calle o plazuela a Môquet durante su largo mandato en la alcaldía de Neuilly.

El presidente galo renunció, oficialmente por razones de agenda, a la lectura pública de la carta que había previsto en el liceo Carnot de París, donde estudió Môquet. La ministra de Justicia, Rachida Dati, fue pitada por medio centenar de manifestantes en Villejuif y el titular de Educación, Xavier Darcos, fue recibido en Périgueux por militantes comunistas con una pancarta en la que se leía: «Darcos, Sarkozy, vuestros valores no son los de Guy Môquet».

El jefe del Gobierno, François Fillon, en una ceremonia organizada con bachilleres en su residencia de Matignon, recordó que Môquet «fue fusilado por sus convicciones, que ponía por encima de su existencia. Él era comunista, otros eran gaullistas», dijo.