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Cádiz ¿cuna de la libertad?

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Permítame que utilice este espacio para hacer llegar un mensaje, una petición, a las concejalas del ayuntamiento de Cádiz, Carmen Obregón y Natalia Álvarez. Es el medio más rápido que se me ocurre para poder hacerlo.

Vaya por delante mi repulsa a todo tipo de violencia: la que han ejercido los trabajadores de Astilleros, los de Delphi, los de los ciudadanos que atracan a otros ciudadanos, etc. Me molesta incluso la pitada que han dado al Presidente del Gobierno, aunque no sé a quien le habrán preguntado de los que pitaban, porque su majestad el Rey estaba al lado. El caso es que la «deportividad democrática» ha hecho que no haya detenidos por este hecho. A cambio me satisface enormemente pensar que todo esto ocurre gracias a que vivimos en una gran democracia; al menos eso dicen.

Y ahí es donde más me duele. Han detenido a dos personas que han hecho lo mismo que otras muchas y en muchas ocasiones, pero señoras/es, les ha tocado a ustedes y se acabó.

Señora Obregón y señora Álvarez: no tengo el gusto de conocerlas personalmente, pero estoy seguro de que se harán cargo de que mi exposición, créanme y perdonen mi posible inmodestia, coincide con un importante sector de los ciudadanos a los que representan.

Teniendo en cuenta que estamos en España y pasados los 30 años de democracia, me abruma ver de qué manera se ha detenido a un ciudadano europeo, un turista que confió en nuestra Policía Local y en los servicios que la Bahía de Cádiz ofrece. ¿Saben la imagen que estamos dando en el resto de Europa? Parece ser que la Sra. Obregón no vio quien le pegaba pero al girarse vio a una persona que ella entiende que fue quien presuntamente la agredió, afortunadamente de forma leve en los dos casos, ya que parece ser que a las pocas horas ya no quedaban secuelas. ¿Sólo estaba ella?

Sra. Álvarez usted no sabe quién la agarró fuertemente del brazo, quizá fuera alguien tratando de protegerla. La consecuencia más grave de todo esto es que hay una persona que está privada de libertad, ese romántico concepto del que Cádiz presume de ser la cuna. Menuda paradoja. Como primera alternativa permítanme ofrecerles una idea: Retiren los cargos contra estos dos ciudadanos. Trabajen conjuntamente cada una desde su partido, en que se solucione este problema. Parece que ya se están aportando ideas para solucionar el verdadero problema del que nunca se debió dejar de hablar: el exterminio de animales utilizando substancias prohibidas. La segunda alternativa es que sigan por el camino que han elegido y que, de manera inmediata e irrevocable, entreguen su acta de concejal y trabajen para Cádiz desde otro flanco menos peligroso para su salud y la de muchos gaditanos/as que no comen ni duermen bien desde hace más de una semana, en algunos casos. Podría ser que al tomar esta vía estén dando muestra de una debilidad impropia de un político como el que se merece Cádiz y su entorno.

Gracias por su atención y no se sientan ofendidas por lo expuesto, que es un mensaje constructivo, y no es mi intención ofenderlas.