Las ventas de vehículos podrían caer un 3,8% en 2007 por la normativa de CO2

La reforma del Impuesto de Matriculación, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado mes de julio, y que beneficia con ventajas fiscales a partir del próximo 2008 a los vehículos menos contaminantes, podría provocar una caída de las matriculaciones de turismos y todoterrenos de hasta un 3,8% en 2007, con una cifra de 1.570.000 unidades vendidas.

Así lo consideran al menos desde la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto) con datos de un estudio elaborado por la consultora MSI, que revisan a la baja en un punto y medio porcentual su última previsión para este año, que preveía una caída del mercado del 2,3%. Para la patronal de concesionarios, esta nueva cifra de matriculaciones contabilizaría los desplazamientos de matriculaciones de 2007 a 2008 por parte de los compradores beneficiados por el impuesto, pero también los desplazamientos de 2008 a 2007 producidos por los automovilistas más perjudicados que adelantarían sus compras.

A partir de enero de 2008, el nuevo impuesto supondrá una rebaja media del 1% en el precio final de los coches nuevos, lo que provocará que numerosos automovilistas aplacen la compra de su automóvil al próximo año para beneficiarse del ahorro que el nuevo impuesto supondrá para los más ecológicos.

Reajuste de tarifas

No obstante, esta rebaja no se producirá de manera lineal para las distintas marcas y segmentos, por lo que se producirá un reajuste de tarifas para mejorar la competitividad de ciertos modelos -incluido el mercado de vehículos de ocasión-, así como un ligero desplazamiento de la demanda hacia los segmentos menos contaminantes.

Desde Faconauto recomiendan a las marcas que, con el fin de minimizar las distorsiones en el mercado durante el último trimestre del año, intensifiquen con sus redes programas promocionales que anticipen la rebaja fiscal y, de este modo, compensen económicamente a aquellos automovilistas decididos a retrasar la compra de su coche al 2008.

«Este esfuerzo promocional es imprescindible en un momento en el que el mercado arroja claros síntomas de debilidad, debido, principalmente, a la tendencia alcista de los tipos de interés y al fuerte endeudamiento familiar», apuntan desde la patronal.

El aspecto más criticable del nuevo impuesto es, según Faconauto, que, al establecer tramos con un diferencial de cinco puntos porcentuales, podría inducir a los fabricantes a realizar 'ajustes' en los motores que sobrepasan ligeramente los límites de 160 y 200 gramos de CO2 por kilómetro recorrido para que puedan ser homologados, lo que representaría un paso hacia atrás en las inversiones en I+D+i de los fabricantes.

Además, esta medida no estaría lejos de la picaresca, ya que resultaría muy tentador para muchos de los usuarios demandar esos ajustes en los motores, que serían fácilmente reversibles en un taller, y que les permitirían disponer nuevamente -después del reajuste- de un coche con toda su potencia, pero también más contaminante.