«Lo que vendemos está fresco y eso lo valora el cliente»

1 ¿Cuándo comenzó a vender pescado?

-Empecé a los 18 años cuando un verano conocí a mi marido. Toda su familia se dedicaba a la venta de pescado en la Plaza y él me ha enseñado todo lo que sé de este oficio.

2 En la Plaza ha sido usted la única pescadera durante años ¿cómo se defiende en un mundo de hombre?

-Es verdad que todos los puestos de pescado están regentados por hombres. Yo tuve la facilidad de que eran hermanos de mi marido y nos llevamos con respeto. Son muchos años compartiendo techo en esta profesión.

3 ¿Cómo definiría el perfil de su cliente?

-Nuestros clientes son los de toda la vida. La fidelidad es algo que tiene este pueblo. Por lo general no son muy complicados de llevar. Lo típico que te piden es que le limpies el pescado o que se lo cortes de una determinada manera, pero es lo natural.

4 Cuénteme una anécdota que le haya ocurrido vendiendo en el puesto

-Todos los días ocurre algo diferente. He vivido desde que me pidieran cortar una pescadilla y que después se la sirviera frita, a la típica escena de bolsas extraviadas.

5 Como se sintió cuando su hijo decidió seguir los pasos de la familia?

-La verdad es que bien, muchos de mis sobrinos también han seguido los mismos pasos. La Plaza para ellos ha sido algo que han vivido desde pequeños, y eso marca.

6 ¿Cómo se compite contra las grandes superficies?

-Vendiendo el pescado acabado de coger del mar, lo mucho o lo poco que hay en el mostrador está fresco y eso lo valoran los clientes. Además, ellos compran por toneladas y nosotros seleccionamos el producto y lo más importante, la procedencia.

7 A nivel personal, ¿qué le gusta más, la carne o el pescado?

-A pesar de ser pescadera me gusta más la verdura, aunque como lo que se me apetece. No por ser pescadera tengo que comer siempre pescado, aunque tengo que reconocer que predomina en mi mesa.

Y MEDIA La media la pone usted...

Y ya saben, siempre tenemos los mejores productos frescos de toda la Bahía.