EXPERIENCIA. Los protagonistas de la historia.
Jerez

Aventura en las antípodas

Eduardo Flores y María Orriols acaban de regresar tras un viaje de seis meses por Nueva Zelanda, Islas Cook, Australia, Malasia y Singapur

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El pasado mes de marzo la vida les sorprendió con una curva inesperada. Problemas laborales llevaron a ambos a dejar sus respectivos puestos de trabajo. Pero lejos de achantarse, este matrimonio formado por el jerezano Eduardo Flores y la madrileña María Orriols decidió dar un giro a sus vidas aún más brusco del que les había puesto por delante el destino. Aficionados a los viajes exóticos, Edu y María optaron por hacer un paréntesis de seis meses en la cotidianidad de sus existencias, se liaron la manta a la cabeza, reunieron unos ahorros y diseñaron palmo a palmo una aventura que muy difícilmente podrán repetir. El destino era Australia, pero aprovecharon para dar un paseito también por otros parajes como Nueva Zelanda, Islas Cook, Malasia y Singapur.

Los primeros días

La grandiosidad de los parajes neozelandeses les dejó boquiabiertos los primeros días. Los parques nacionales, acantilados y la naturaleza extrema del lugar sirvió para que se diesen de bruces con una forma de vida situada geográfica y socialmente en las antípodas de la que estaban acostumbrados a llevar en España. En Islas Cook, segunda etapa del viaje, se encontraron con un paraíso de aguas cristalinas. Pero el objetivo era llegar a Australia, y hacia allí pusieron rumbo en una travesía que les reservaba decenas de anécdotas y vivencias. Aterrizaron en Melbourne y pensaron que lo mejor para moverse por un continente de más de siete millones de metros cuadrados era hacerse con una autocaravana. Y así fue como conocieron a Marujita, nombre con el que bautizaron a una especie de cafetera con ruedas que adquirieron a cambio de un puñado de dólares. Pero claro, los años no pasan en balde y la buena de Marujita presentó su certificado de defunción pocos días después. Ya en Tasmania, tuvieron la oportunidad de recorrer maravillas como Craddle Mountains, el parque nacional más impresionante por aquellas latitudes. A la vuelta alquilaron una nueva autocaravana, la Espe, a la que llamaron así tras poner todas sus esperanzas en que ésta no les dejara tirado en medio de algún desierto.

De arriba a abajo

Los aventureros pusieron rumbo a Darwin, en cuyo camino se encontraron con el parque nacional de Kakadu. En todo este tiempo conocieron personas y personajes, hicieron amigos y recorrieron desiertos infinitos en los que hay excursionistas que se han llegado a perder sin que nunca más se supiera nada de ellos. La despedida de tierras australianas fue en Sydney, con el Opera House al fondo.

La traca final tuvo lugar en Malasia y Singapur, donde la pareja pasó las tres últimas semanas. Habían pasado seis meses y era hora de volver a casa. Edu y María acaban de regresar, sanos y salvos, de la aventura de sus vidas.

jbenitez@lavozdigital.es