caso madeleine

El paso a paso de una controvertida investigación

Desde que desapareció la niña británica, el Departamento de Investigación Criminal de Portimâo afronta, no sin críticas, un reto sin precedentes

PRAIA DA LUZ Actualizado: Guardar
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El caso 'Madeleine' se torna un misterio difícil de resolver. Día a día van saliendo nuevas pistas sin que éstas conduzcan finalmente a un desenlace. Desde su desaparición el pasado 3 de mayo, Portugal vive una operación policial sin precedentes, comandada por el Departamento de Investigación Criminal de Portimão y con la colaboración de agentes ingleses.

El impacto mediático del caso ha generado tanto apasionadas alabanzas como agrias críticas a la labor policial. La prensa inglesa ha fijado su más crítica mirada sobre las pesquisas. Frente a ello, el portavoz de la Policía Judicial lusa, Oligario Sousa, insiste en que "no ha fallado nada en la investigación", los pasos dados han sido los correctos y "se han estudiado todas las hipótesis". Calmado, reconoce que "no es agradable oír hablar mal de nuestro trabajo", pero dice tener la conciencia tranquila por toda la labor realizada.

Nada se ha hecho sin previa y exhaustiva información a los agentes británicos que colaboran en la busca de 'Maddie', pero toda la responsabilidad es de los funcionarios lusos. "Cualquier decisión ha sido tomada por la PJ", proclama Sousa, que recuerda que la ley portuguesa exige una autorización especial para que un cuerpo extranjero de la policía inglesa pueda trabajar en territorio luso, permiso que llevaría mucho tiempo en ser emitido, por lo que se han limitado a acompañar y asesorar a sus colegas portugueses.

Y a pesar de la experiencia de los británicos, que cada día enfrentan nuevos casos de niños desaparecidos, y al empeño de los portugueses, el director de la PJ, Alipio Ribeiro, es directo y claro a la hora de hablar de este caso: "No tenemos idea de dónde puede estar Madeleine ".

Tres meses después de desaparecer la pequeña, las pesquisas dieron un giro radical y se pasó de investigar un posible secuestro a rastrear dónde puede estar el cadáver de la niña, posible víctima de un homicidio u accidente mortal. Se ha dejado de buscar a Madeleine viva. Tanto el portavoz de la PJ como su director han reconocido en público que, sin descartar ninguna de las otras hipótesis, la que este momento tiene más fuerza es la de la muerte de Maddie.

Sin pruebas

¿Por qué el cambio? No hay indicios de nada, explica Olegario, y eso es lo que hizo que cobrara fuerza la hipótesis de la muerte. En un principio, las autoridades siguieron el protocolo policial de actuación ante un hipotético rapto. En esa primera fase, el ciudadano británico residente en el Algarve Robert Murat fue considerado 'sospechoso formal'. Durante varias semanas, la idea que se transmitió a la opinión pública era la de un rapto relacionado con el abuso de menores. Se habló de Robert Murat como un habitual consumidor de 'sites' pedófilos, motivo por el que podría estar involucrado en el misterio.

Pero no hay pruebas, por lo que todo quedó en meras especulaciones. Y en el peor momento, cuando los padres de Madeleine lograron una impresionante movilización popular gracias a una campaña de ámbito planetario, aparecen nuevas pistas que modifican por completo el planteamiento del caso. Incluso se insinuó que los padres podrían estar involucrados en la desaparición, extraña hipótesis que la PJ acabó por defenestrar con cierta contundencia.

El rastro de los perros

Dos perros de raza 'cocker spaniel' llegados de Inglaterra fueron los grandes protagonistas del viraje del caso al detectar rastros de sangre en el apartamento en el que desapareció Madeleine y restos odoríficos de cadáver por los alrededores del complejo turístico. ¿Por qué se recurrió tan tarde a los perros? El director de la PJ ha reconocido que la policía lusa no supo hasta ahora que en Inglaterra existían canes capaces de detectar indicios de muerte.

Los investigadores se aferran a las contradicciones existentes en las declaraciones de las personas que estuvieron cenando con los McCann la misma noche en que la pequeña desapareció, pero cunde la sensación de que, como en tantos otros casos, el misterio de la desaparición de Maddie quedará irresoluto. Alipio Ribeiro insiste en una visión optimista, pero matiza que "el trabajo debe ser seguro, riguroso y sobre todo sereno".